madrid. El escritor argentino Adolfo Bioy Casares, gran viajero, aspiraba a que sus expediciones se convirtieran en viajes interiores que le ayudaran a reflexionar. En 1960 fue a Brasil, invitado por el PEN Club, y de esa visita nació Unos días en el Brasil, un diario inédito que verá la luz en España y Argentina en septiembre.
El libro se publicará mundialmente el día 6 del próximo mes -por Páginas de Espuma en España y por La Compañía en Argentina- y se completará con una exposición de las fotografías inéditas que incluye el volumen, realizadas por Bioy, en la Galería Guayasamín de la Casa de América, bajo el título Brasilia 1960.
Unos días en el Brasil (Diario de un viaje) -ése es su título completo-cuenta también con un epílogo del editor y traductor Michel Lafón. Se trata de una breve obra, un libro raro, de algo más de cien páginas en forma de diario, otra de las prácticas del autor de La invención de Morel, en las que el narrador argentino describe sus impresiones, reflexiones y anécdotas sobre Río de Janeiro, Sao Paulo y una recién nacida Brasilia. De Unos días en el Brasil... el propio Casares hizo una edición de unos 200 ejemplares para la familia y amigos; pero sin ninguna repercusión pública, explica a Efe Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma. Lafón, que asistirá a la presentación oficial de este libro, el próximo día 8 en Madrid, dice en él que este diario tiene un cometido íntimo y personal del autor "para seguir transformando cualquier día de su vida en un viaje y una aventura, cualquier lugar del mundo en un isla encantada donde todo se vuelve posible e incluso deseable".
detalles y anécdotas cotidianas El que fuera amigo inseparable de Borges (de hecho desde que Bioy y Borges se conocieran en 1931 no se separaron) hizo este viaje invitado por un congreso de escritores organizado por el Pen Club. De ahí que en las páginas del libro se paseen también autores como Moravia o Graham Greene, que cohabitan con los detalles y las anécdotas cotidianas del viaje, la descripción de ambientes o la impresión decepcionante que le produjo Brasilia, la capital de Brasil que se empezó a construir en el año 1956.
Lafón asegura que no sabe por qué Bioy aceptó la invitación: "No tiene nada que decirles a los otros invitados, rechaza las amistades obligadas y los ejercicios impuestos, odia la retórica vacía, no quiere hablar en público". "Aún así -apunta Casamayor- Lafon acaba preguntándose: Viajar para escribir, escribir para olvidar que uno está viajando, y para recordarlo después. ¿Y si Bioy fuera el mayor diarista del continente?".
El narrador argentino, que deja aquí su sentido del humor sosegado y tranquilo, después, en 1967, emprendió otro viaje en solitario por Europa, con un Peugeot alquilado que le llevó a Francia, Gran Bretaña, Suiza, Alemania o Italia, entre otros países. También como fruto de este periplo escribió un cuaderno de bitácora. Un libro que publicó en España Tusquets en 1997, con el título En Viaje.
Así, la mirada profunda y literaria de este especial viajero da otro prisma de este autor, cuya obra está marcada por la imaginación y el amor por los diarios. No en vano también fue anotando en su diario todas las noches que cenó con Borges en su casa durante cuarenta años.