LOGROÑO. Asenjo ha destacado que el número de personas que han participado en esta batalla incruenta ha sido superior al previsto inicialmente, entre siete mil y ocho mil personas, ya que han influido el buen tiempo y la participación de bastantes visitantes, sobre todo ingleses y franceses.

Botas de vino, sulfatadoras, cubos, pistolas de agua, porrones y algunos "artilugios" orientales de plástico, que pueden almacenar hasta dos y tres litros de vino, han sido algunas de las "armas" utilizadas hoy en el "campo de batalla", donde "todo vale", ha añadido el concejal.

La "batalla del vino", declarada fiesta de interés nacional, se celebra cada 29 de junio para conmemorar la toma de posesión de los riscos de Bilibio por parte de Haro, adquiridos, según cuenta la tradición, "en buena lid" tras largos pleitos medievales con la vecina ciudad burgalesa de Miranda de Ebro.

El regidor síndico ha abierto la comitiva a caballo hasta llegar a la ermita que habitó San Felices de Bilibio en los riscos del mismo nombre en el siglo V y, después de colocar el pendón de la ciudad en lo más alto de las peñas, se ha celebrado una Misa.

A continuación, se ha desarrollado la "batalla del vino", tras la que los "guerreros" han regresado a Haro para dar las tradicionales "vueltas" en la Plaza de la Paz.

En esta ocasión, según Asenjo, algunas personas ya estaban en la ermita hacia las siete de la mañana y "han guerreado" entre ellas y, tras la Misa, unas dos horas y media después, la mayoría de los "guerreros" han iniciado la batalla.

Familias, amigos, componentes de peñas y visitantes han sido los principales participantes en la "batalla del vino" y, fundamentalmente, personas que viven en Haro o que han nacido y residen fuera pero "regresan en estas fechas para vivir las fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro, que están muy arraigadas en los jarreros", ha dicho.