PARÍS. Alberto II, que no dio una fecha más precisa para la ceremonia, dijo estar "feliz" tras el anuncio ayer de su compromiso con Wittstock, un sentimiento que dijo querer compartir con la población monegasca.

Preguntado por la personalidad de su futura esposa, el príncipe subrayó que es "sólida", recordó que se ha fraguado "sobre los valores del deporte" y contó que "su interés por las causas humanitarias, en particular los problemas que conciernen la infancia, es expresión de su gran sensibilidad y de su apertura a los demás".

Sobre su futura vida en común, dijo que desea que "Charlene, a la que le gusta Mónaco y que lo conoce bien, entienda todas las especificidades para integrarse plenamente en la vida de mi país".

"También quiero que la población la acoja con benevolencia. Y que aprecie igualmente lo que su cultura y su mirada nueva nos pueden aportar", concluyó.

Alberto de Mónaco (52 años) conoció a su prometida (que tiene 20 años menos que ella) en 2000, durante una competición de natación que se celebró en el pequeño Estado mediterráneo, aunque la relación no se hizo pública oficialmente hasta 2006.