Aunque el verano arranque oficialmente el próximo 21 de junio, la primavera ha permitido ya al astro rey asomarse intrépido para regalar las primeras jornadas veraniegas de este 2010. Días soleados que demandan terrazas, parques, gafas de sol, helados, refrescos... Y, ¿en cuestión de moda? Por supuesto colorido. Ésta es la principal característica del género que alberga Sugar. Ropa cómoda, confortable, alegre y con un amplio abanico de tonalidades que resaltan, en su mayor parte, por su frescura.
Si bien muchos establecimientos están recalando ahora en la parte antigua de la ciudad, al igual que muchos otros la abandonaron hace no demasiado, Sugar pertenece al conjunto de comercios que se han reubicado dentro de los límites de la Almendra en busca de una mejor situación, y ayudadas en su mayor parte, por la Agencia de renovación Integral de la Ciudad Histórica (ARICH). Residente, en el pasado en la calle Pintorería -al lado del cantón del Colegio San Prudencio, que une el casco antiguo con el Museo Artium-, Sugar se ha desplazado unas cuantas laderas para asentarse en las inmediaciones de la habitualmente confluida plaza de la Virgen Blanca. "En Pinto estábamos muy bien", asegura Raquel, propietaria del recinto, "aunque este cambio lo hemos hecho pensando en mejorar", prosigue. Evidentemente el recién remodelado emplazamiento constituye uno de los reclamos comerciales, hosteleros y turísticos del ámbito medieval de la ciudad.
Desde su nueva, y privilegiada, posición en la entrada de la calle Zapatería, Raquel dispensa, sobre todo, ropa y complementos. Una de las señas identitarias del comercio es que tratan de surtirse en la mayor medida posible de "marcas hechas aquí", asegura Muiños. Una de ellas es Hunchha, firma navarra con una selecta distribución, por lo que sus productos no son fáciles de encontrar por este territorio. Asimismo, Sugar se surte, en cuestión de bisutería de artesanos de la propia Gasteiz. Aunque a Raquel no le duelen prendas si ha de abandonar los límites vascos o alaveses: "toda esta bisutería está realizada con piedras recogidas por una pareja en una playa de Almería". Una original colección que complementa el amplio género, en esta materia, que aloja el establecimiento.
Bolsos, cinturones, fulares y palestinos conforman el stock de Sugar. Un género restringido prácticamente a la mujer, salvando alguna que otra camiseta para el hombre. "En la otra tienda tenía más ropa para chico, pero es que las chicas compran más" se excusa Raquel. Damos fe.