EL titular fue tan grande como si hubiera estallado la guerra. "Paul se separa de los Beatles", anunciaba en primera plana el Daily Mirror el 10 de abril de hace 40 años. Así, la separación de los Beatles quedó definitivamente consolidada. Sin embargo, Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Ringo Starr estaban en crisis desde hace tiempo, sumergidos en sus proyectos en solitario, y sólo mantenían en apariencia la unidad del grupo. El Daily Mirror citó ese día de abril de 1970 un cuestionario que acompañaba el álbum McCartney de Paul McCartney. ¿Habrá un nuevo álbum con los Beatles? "No". "¿Por qué no?" "Diferencias personales, comerciales, musicales, pero sobre todo porque me divierto más con mi familia". De esta forma, McCartney nombró todos los problemas que asolaban a la banda de Liverpool desde hace tiempo. El principio del fin fue culpa de Lennon, que a mediados de los 60 comenzó a frustrarse cada vez más por considerar que los fans los seguían ciegamente. "Podríamos haber puesto en nuestro lugar cuatro figuras de cera y las masas habrían estado satisfechas. Los Beatles ya no tienen nada que ver con la música", dijo en 1965 acerca de la beatlemanía. A diferencia de las estrellas del pop de hoy en día, los Beatles no viajaban a sus conciertos aislados por un ejército de relaciones públicas. Lennon no podía soportar más la histeria masiva y "la manada de vacas chillonas", como expresó su amigo, el músico y fotógrafo alemán Klaus Voormann. Lennon se sumió en las drogas, lo que hizo tambalear a los Beatles al igual que los problemas con las mujeres: mientras Lennon buscaba renacer y conseguir la paz mundial de la mano de Yoko Ono, McCartney iniciaba una vida de familia junto a Linda. A esto se sumaron los problemas comerciales: tras la muerte de su mánager, Brian Epstein, los Beatles intentaron llevar sus negocios ellos mismos, con poco éxito. En contra de la voluntad de McCartney, Lennon contrató a Allen Klein, el controvertido mánager de los Rolling Stones, lo que metió otra cuña en el grupo. McCartney quería reactivar a los Beatles como banda en directo, aunque ni Lennon, ni Harrison ni Starr estaban de acuerdo. En 1969, Lennon hizo estallar la bomba: "La banda es historia. Me voy". Pero como aún había que vender el álbum Abbey Road, le obligaron a guardar silencio. Pero la colaboración era casi imposible. El último disco fue Get Back, editado en 1970 bajo el nombre de Let It Be. Tuvo que intervenir el famoso productor Phil Spector para hacer un álbum de ese caos de grabaciones individuales. El anuncio de McCartney de que se iba fue sólo la última pieza del rompecabezas de la separación.