La escritora mallorquina Maria de la Pau Janer reivindica en su nueva novela, Cartas que siempre esperé (Planeta), la capacidad de esperar, algo que se ha perdido y que producía "muchos sentimientos, ilusión, impaciencia y daba riqueza interior". Janer aseguró que el origen del libro fue una conversación con un ex trabajador de Correos que le explicó que existía la conocida como Sección de Cartas Muertas, donde almacenaban durante unos meses las cartas con direcciones imprecisas y, si nadie las reclamaba, las quemaban. "Pensar en la cantidad de secretos y de preguntas que morían en aquellas cartas daba mucho juego", estimó la escritora.