Londres. Llegó vestida de ángel, venció y lloró. La extravagante cantante estadounidense Lady Gaga consiguió eclipsar a todos los rivales en la entrega de los premios Brit Awards, que tuvo lugar el martes por la noche en Londres. Y no sólo por la gigantesca peluca rubia que llevaba y el antifaz carnavalesco que lucía, ni por su aparición cubierta de blanco hasta los pies, sino por llevarse los tres premios más importantes de la música británica, en la categoría de mejor artista internacional nueva, mejor artista internacional y mejor álbum del año. Pero no todo fue a manos de Lady Gaga. Artistas como Robbie Williams, Oasis, Jay-Z o Lily Allen también recogieron algún galardón.

La cantante estadounidense, inmune a los escándalos, estuvo en la trigésima edición de los Brits discreta y parecía de lágrima fácil. Su excéntrica indumentaria apuntaría a una férrea seguridad en sí misma, pero la cantante estuvo temblorosa en sus agradecimientos tras recoger los premios. Con lágrimas en los ojos, Stefani Joanne Germanotta, conocida como Lady Gaga, quiso dar las gracias a sus seguidores. Al borde de las lágrimas, la neoyorquina dedicó su triunfo al diseñador británico Alexander McQueen, que se suicidó la semana pasada, y dejó en bandeja a la prensa el titular: Los Brit se vuelven Gagá. "Mis fans fueron los primeros que creyeron en mí. Este premio significa mucho para mí. He trabajado tan duro para este álbum", dijo la joven de 23 años, cuyo disco The Fame fue el año pasado el más exitoso del mundo. Su single, Poker Face, encabezó durante semanas la lista de éxitos en numerosos países.

La cantante dedicó al diseñador fallecido la balada que entonó junto a un piano blanco. Y para la actuación se desprendió de las capas blancas con las que apareció y se mostró con una prenda ajustada al cuerpo y transparente a base de puntilla blanca un tanto fuera de tono. Lady Gaga, que con sus apariciones sexys y glamourosas ha conseguido en muy poco tiempo el estatus de superestrella, es la primera artista desde la banda de rock Scissor Sisters en el año 2005 que se alza con tres Brits sin ser británica. Gaga venció en todas las categorías en las que estaba nominada, desbancando en la categoría de mejor artista femenina a fenómenos como Shakira o Rihanna, entre otras.

El que se mostró en plena forma fue Robbie Williams, que tras su regreso se aseguró una distinción por su carrera. Al final de la gala de dos horas mezcló varios éxitos como Let Me Entertain You, Angels, No Regrets o la canción de Take That Everything Changes. "Ustedes no se acordarán, pero yo fui también un miembro del grupo", comentó bromeando Williams. Y el resto fue típicamente británico: el premio al mejor sencillo de los 30 años de los Brit Awards fue para las Spice Girls por su éxito Wannabe. Pero no todas las integrantes de la banda estaban presentes. Mel B y Geri Halliwell olvidaron en el discurso dar las gracias a sus ex compañeras de grupo Victoria Beckham, Melanie C y Emma Bunton. Y el líder de Oasis, Liam Gallagher, hizo honor a su fama de grosero cuando recogió el trofeo por el mejor disco de los últimos 30 años de los Brit por (What"s the Story) Morning Glory? En lugar de alzarlo o dar las gracias a su hermano Noel (también integrante del grupo ahora disuelto), lanzó el trofeo y el micrófono al público. "Escuchen chicos, la mejor banda en el maldito mundo vive para siempre", gritó. El moderador Peter Kay comentó de forma lapidaria: "¡Qué tonto!".