berlín. La actriz Julianne Moore dio alas a la Berlinale convertida en esposa de Annette Bening en The Kids are all right y encarnando una aparente plenitud lésbica, que se revela ambigua cuando aparece el donante de semen que las convirtió en madres.

"Da igual la orientación sexual de los padres, la vida familiar siempre es compleja, ser buenos padres es difícil. Si de pronto uno desencadena el caos, le corresponde pagar por ello", sostuvo Moore en la presentación del filme en la sección oficial, aunque fuera de concurso, que defendió junto a su directora, Lisa Cholodenko. Toda plenitud implica duda y eso es lo que plantea Cholodenko en la película, que arranca en el momento en que los hijos adolescentes deciden conocer a su padre biológico -Mark Ruffalo- y abren así la caja de Pandora alrededor del intruso que un buen día donó su semen por 60 dólares el frasco.

sección oficial Moore capitalizó los flashes de la jornada y alivió con esa típica comedia una sección oficial cuyas dos participantes fueron de digestión difícil. Por un lado, Kak ya Porvel Etim Letom-How I ended this Sommer-, de Alexei Popogrebsky, tras años sin participante ruso a competición; por el otro Shahada, ópera prima del afgano-alemán Burhan Qurbani.

Popogrebsky colocó al espectador ante la confrontación de dos personajes antagónicos en una estación meteorológica del círculo polar: un joven inexperto que rompe cuanto toca y su colérico colega, a punto de regresar a casa tras años entre hielos, al que el primero no se atreve a comunicar que acaban de morir su mujer y su hija, por temor a que la emprenda a tiros. Qurbani retrata los conflictos de varios jóvenes musulmanes del Berlín multicultural, en un intento por reflejar que sus conflictos no difieren tanto de los de sus conciudadanos. "Quería mostrar la diversidad del Islam", afirmó el realizador. Su personajes van desde un joven nigeriano que trabaja en un mercado de abastos, a un amoroso padre -e imán- que trata de entender a su hija, pese a que ésta optó por vivir al margen del Corán.