"Fue un insulto a los seguidores de la serie, que vieron el machaque vital de los actores protagonistas: Ni Lourdes ni Adolfo pudieron recitar una frase sin esforzarse porque se les entendiera hasta el final. El paso del tiempo, demoledor para algunos intérpretes, no hizo mella, sin embargo, en la realización ni en los guiones. La última guardia resultó casposa, ñoña hasta la médula y casi de chiste. De guardia, sí, pero de juzgado, no de farmacia".
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