los ángeles. El tándem Clint Eastwood y Morgan Freeman regresó el viernes a los cines de Estados Unidos con Invictus, una cinta reflexiva sobre cómo el rugby ayudó a olvidar el apartheid en la Sudáfrica de Nelson Mandela y facilitó la reconciliación de su población. La película, basada en el libro de John Carlin El factor humano, toma como hilo conductor el Mundial de rugby de Sudáfrica en 1995 para hablar de solidaridad y de la capacidad del ser humano para perdonar.

Invictus toma su nombre de un poema del poeta británico William Ernest Henley, que concluye con la frase: "Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma". Ese poema ayudó a Mandela a sobrellevar espiritualmente los 27 años que pasó encerrado la cárcel de Robben Island (cerca de Ciudad del Cabo) por su activismo en contra del apartheid.

Apenas un año después de ser elegido presidente, Mandela consiguió que el rugby, otrora el deporte que simbolizaba la supremacía blanca en el país, unificara a toda la población en pos de un sueño: lograr el título de campeón. Todo ello en un clima en el que la sociedad acababa de elegir a su primer presidente democrático y comenzaba a abrazar el mensaje del País del Arco Iris, que apostaba por la reconciliación de todas las razas.

El líder africano apostó para cumplir esa misión por François Pienaar, el capitán de la selección nacional de rugby, a quien le hizo llegar la responsabilidad de crear un equipo campeón, construido sobre una serie de reflexiones y mensajes de liderazgo y compañerismo.

Matt Damon es el encargado de dar vida en el filme a Pienaar, y no fue una misión fácil. "Sentí mucha responsabilidad, pero acepté por el mensaje de la película, que es precioso e inspirador. Creí conveniente estar presente aquí, sobre todo en este momento, con todo lo que está pasando en el mundo", dijo el actor en una charla con cinco medios.

Damon fue una de las caras visibles que apoyaron a Barack Obama como candidato a la Casa Blanca, pero su reciente decisión de mandar más tropas a Afganistán no le ha sentado bien. "Estoy muy decepcionado, pero es su decisión. Confío en él aunque no esté de acuerdo con todo lo que hace", comentó el intérprete, quien considera que Estados Unidos vive uno de los momentos más complicados de su historia reciente. "En Wall Street hay mucho cabrón (sic). Las compañías que han arriesgado demasiado deberían estar fuera del circuito. Si ellos ganan mucho dinero se compran casas y aviones, pero si lo pierden rompen la economía y lo pagamos nosotros. Es una locura, algo ridículo. No creo que eso sea nuestro país", apuntó.

dieta estricta y boxeo Damon, en cambio, sí cree en el mensaje reconciliador de Invictus. "No es una historia conocida en EEUU, pero cualquier sudafricano con el que hablara estando allí se emocionaba al recordar aquel día", manifestó el actor en alusión a la gran final del Campeonato del Mundo de rugby de 1995, entre Sudáfrica y Nueva Zelanda.

"Cuando Clint me mandó el guión no me podía creer que esa historia fuera real -confesó el actor-. Creo que va a sorprender a la gente de forma positiva".

Damon tuvo que ponerse en forma para dar vida a Piennar. Con una dieta estricta, pasó horas en el gimnasio durante semanas e hizo boxeo para ganar varios kilos de músculo. "Tuve dudas sobre el aspecto que debía tener el personaje. Él es enorme, un portento físico", explicó el actor, que pasó seis meses practicando el acento sudafricano. "Quería que François se sintiera orgulloso. Se lo merecía. Además, si me ponía nervioso, sólo tenía que girarme para recordar que Morgan hacía de Mandela. Tenía mucha más presión que yo", admitió este estadounidense de 39 años.

Clint Eastwood y Morgan Freeman trabajaron juntos por primera vez en el western Unforgiven (1992). Compartieron protagonismo y Eastwood fue reconocido por la Academia de Hollywood con el Oscar al mejor director y a la mejor película.

Doce años después la pareja se reencontró delante y detrás de las cámaras en Million Dollar Baby, con Oscar para Eastwood como director y para Freeman como mejor actor de reparto.

Con Invictus, sus nombres vuelven estar en liza para los máximos premios del cine, aunque Clint Eastwood esta vez no aparezca en la pantalla.

"La gente esperaba que Morgan hiciera de Mandela. Lo esperaba hasta el propio Mandela. Sé que ha estado buscando durante años el proyecto ideal y aquí está. Seguro que sintió presión, pero es un tipo muy calmado. Nunca se pone tenso, deja que todo fluya, sin forzar nada. Por eso su trabajo es siempre tan genial", indicó Damon, al que le espera un 2010 cargado de emociones fuertes.

Volverá a trabajar con Steven Soderbergh tras The Informant! y se pondrá a las órdenes de los hermanos Coen en True Grit, pero en apenas unas semanas se reunirá con Eastwood en Hereafter, un thriller sobrenatural.