madrid. Al cantaor Enrique Morente le divierte "ser creativo", es decir, que cuenta más "embustes" que el mítico Pericón, por eso tampoco hay que creerse mucho que su último disco, Flamenco en directo, lo haya hecho porque su mujer le dijo que "la tarjeta" tenía menos dinero "que uno que se está bañando".

Morente, que a sus 67 años lleva casi medio siglo de carrera, puede presumir en su vida de cosas como ser el único capaz de cantar los "49 palos y medio" del "jondo"; de ser el primer flamenco al que "piratearon" un directo para hacer un disco; de ponerle jipíos a las letras de Picasso o de grabar con Lagartija Nick y barrer entre "los modernillos". Pues con todo y con eso, no tenía entre sus 23 grabaciones -de las más ortodoxas a las más vanguardistas- ni un sólo un álbum de "directos". Decidió hacerlo cuando su mujer, Aurora Carbonell, le dijo, según cuenta con los ojos prácticamente cerrados por el regocijo: "A ver si sacas un disco bueno que la tarjeta tiene menos dinero que uno que se estaba bañando. Yo no gasto nada, pero ella...vamos como si yo fuera el sobrino de Frank Sinatra".

Flamenco en directo, que sale hoy, contiene nueve cantes, grabados en vivo en Cádiz -con casete-, Granada y Cartagena, entre los años 1992 y 2008, en el formato clásico de voz y guitarra acompañado de sus "habituales", es decir Juan y Pepe Habichuela, Rafael Riqueni y David Cerreduela. A las alegrías, soleares, serranas, granaínas, tientos, fandangos, malagueñas y tangos, todos en una pista, se añaden dos versiones de unas nanas dedicadas a los niños y las madres "que sólo tienen moscas" y que grabó en el estudio que el cantaor tiene "en la cocina" de su casa, en Granada, en compañía sus hijos, Estrella, Soleá y Enrique, y niños como su nieta Debla.

Morente ha querido incluir en el disco estas "nanas protesta" porque no quiere olvidarse "de lo que pasa", aunque alguien pueda decir que utiliza "la desgracia en su beneficio": "Me da igual, quería cantar a quienes no tienen quien le cante".