Asegura toda leyenda urbana que los verdaderos mandatarios (y mandatarias) de la historia siempre se han servido de un doble oficial. De una figura humana con total parecido razonable que ejercía las labores de dictador, presidente o primer ministro en público cuando la cosa se ponía chunga: en visitas a ciudades no amigas, mítines multitudinarios, viajes a estados enemigos, comidas con sospechas de envenenamiento... Afirman incluso, documentos en mano, que Franco, Lenin, Saddam Hussein o Hitler contaron durante años con sus respectivos alter ego. Y literatura al respecto la hay, y mucha. Basta con revisar cualquier reportaje salsero de Muy Historia.
Lo que pocos dobles se han atrevido a expresar ha sido el miedo a ser asesinados precisamente por su parecido razonable. Por ser como una gota de agua con otra persona non grata. Y aunque mucho más joven que Putin, es lo que le sucede en la actualidad al polaco Slawek Sobela, residente en la ciudad de Wroclaw. El mismo que comenzó a ejercer como su doble oficial después de que le contratara la agencia inglesa Lookalike y lo paseara por medio mundo para grabar vídeos y reportajes. Un extra que, sin duda, le vino muy bien durante años a Sobela para complementar su sueldo como director de una empresa de transportes.
Pero claro, tras la ocupación de Ucrania por parte de las tropas rusas, la tortilla ha dado la vuelta. Y la muerte, conmoción y dolor que este conflicto armado está generando se ha vuelto en contra de Slawek, que según ha denunciado esta semana, teme por su integridad física. Así lo recoge la revista Pronto, la misma que destaca preocupantes titulares del doble del presidente ruso: "Tengo miedo de que me agredan por la calle". Tanto que ha intentado, sin éxito, reunirse con el verdadero Vladímir Putin para exponerle lo delicado de su situación personal. Pero de momento, la embajada rusa le ha denegado dicha cita.