Luce 94 para 95 primaveras, pero es muy consciente de la importancia de su imagen y estética. También en redes sociales. Por ello Isabel II, que ya el año 2019 soltaba al mes 4.800 euros a su gestor de Facebook, Twitter e Instagram, todavía sigue buscando al 'community manager' perfecto, A ese hombre (o mujer) que incremente veloz el número de seguidores y gestione la comunicación entre la monarca y sus 1.200 empleados. Solo aceptará, atención, candidaturas "con título y excelentes habilidades redaccionales".
Afirman las monárquicas y cotillas lenguas británicas que Jorge VI, antes de morir, trasladó a su querida hija, la futura reina, un consejo que cientos de veces le había transmitido su padre, el también rey Jorge V: "Cuida mucho tu relación con los medios. La imagen, la dicción, la presencia, el comportamiento en público. Ya no basta con montar bien a caballo o ganar grandes batallas. El pueblo exige ejemplaridad, rectitud. Nos ha convertido en actores de un cuento que debemos saber interpretar".
La continuidad, tras tiempos convulsos por la abdicación de su controvertido hermano Eduardo VIII, estaba asegurada. Pero en los últimos años de reinado, y antes de fallecer en 1952 (tras décadas como fumador empedernido), fue testigo de cómo la India, joya del imperio que forjó su bisabuela, lograba la independencia, y el mundo que conocía desde niño se desvanecía. Por ello, quiso trasladar a su heredera la citada ejemplaridad en el último aliento. Honorabilidad para una corona que él heredó maltrecha, pero que Isabel II ha sabido convertir en íntegra tras 69 años de reinado.
Basta con consultar las encuestas para cerciorarse, por ejemplo, de que el 76% de los británicos desea que la reina Isabel II muera con la corona puesta. Son cifras inéditas en el resto del planeta, un mundo que, sin duda, camina hacia el republicanismo excepto en el Reino Unido, caracterizado por tener como jefa de Estado a una mujer perfeccionista, sabedora de que en plena era digital hay que cuidar la imagen dentro y fuera de palacio, pero también en las redes sociales.
Por ello, y a través de un anuncio público, la monarca más longeva del mundo sigue buscando a un responsable para gestionar sus redes sociales. Eso sí, pagar, pagar, suelta poco: 30.000 euros anuales más beneficios. Todo ello teniendo en cuenta que, además de difundir posts, vídeos e imágenes, el o la responsable deberá organizar la intranet entre la monarca y un puñado de colaboradores directos: 1.200.
Sin duda, un sueldo escueto y poco apetitoso ante semejante desafío, y más teniendo en cuenta los prohibitivos alquileres del centro de Londres. Pero eso sí, a la reina no le tiembla el pulso al apostar por lo bueno, bonito y barato. Advierte que solo aceptará aquellas candidaturas "excelentes": "No habrá dos días iguales. Y mientras apoyas a otros, tendrás oportunidades excepcionales para hacer crecer tu propia carrera. No nos quedamos quietos aquí, y se le animará a tener un impacto en el corazón de esta institución de fama mundial", reza la oferta de trabajo.