Un año tal que 1862 murió Pierre Topet Etxahun, poeta de Barkoxe, Zuberoa. Era hijo de Juan Topet, nativo de Topetia y de Engracia, heredera de Etxaunia. Se cumplen este año pues 161 de su fallecimiento. Etxahun nació un 26 de julio de 1787, es decir, veinte años después del fallecimiento de otro grande, esta vez en hegoalde, Manuel de Larramendi de Andoaín, murió dos años después del nacimiento del bertsolari Jose Manuel Lujambio Txirrita, de Hernani y además fue contemporáneo de Fernando Amezketarra, Joan Ignazio Iztueta de Zaldibia, Xenpelar de Renteria y del bardo Jose Mari Iparragirre de Urretxu. Etxahun era el segundo de siete hermanos y según su poética autobiografía, su infancia y juventud fueron de lo más desgraciadas ya que vivió bajo el estigma de la bastardía, cuestión que le marcó toda su vida (“Durante el primer año crecí enfermizo: mi madre tenía el corazón seco, así como el pecho. Yo gritaba desde la cuna, pues estaba hambriento. A mi madre, en cambio, no le importaba el llanto. Deseando que Dios me llevara”). Fue mal acogido por sus padres, maltratado, mal visto, y no aceptado por su familia, burlado e insultado por sus compañeros de escuela. Solamente encontró comprensión y cariño en su abuela materna, en un criado compasivo y en una joven sirvienta María Arrozpide, que fue la “muchacha pobre” cuyo gran amor cantó y recordó en sus poemas.
El idilio entre Etxahun y María desembocó en el nacimiento de un pequeño que fue inscrito con el apellido materno por negativa del abuelo paterno a que llevara el apellido Topet. Etxahun quería casarse con su amada lo que les llevó a su abuelo y a su tío, y muy rico padrino, a amenazar con desheredarle de todas las propiedades y bienes. Etxahun pensó en suicidarse y con el corazón destrozado, rompió con María (Una triste tórtola tenemos en el pueblo, que está llorando desde dentro de la jaula, porque su amigo le ha dejado sola, y porque necesita de vuestro consuelo. Mi corazón está con dolor desde entonces; por miedo a los de mi casa rompí contigo). La familia le impuso a Etxahun un matrimonio de conveniencia con Graxi Pelento, mayor que él, y quien, a falta de amor, aportó una dote considerable. Graxi tuvo seis hijos, pero no se sabe seguro si con Etxahun o con quién. En 1809 murió el tío padrino rico y su hermano marchó a la guerra dejándole a Etxahun como heredero absoluto de las propiedades de la familia. Aunque su hermano jamás volvió de la guerra, no se pudo probar su fallecimiento y además los hermanos del tío padrino rico impugnaron con éxito el testamento, y Etxahun no pudo acceder a las propiedades por las que rompió con María. Etxahun odiaba a su mujer quien en cuestiones de negocios se posicionó contra él y en cuestiones amorosas sedujo, o se dejó seducir, por su vecino Juan Egiaphal. Su carácter se volvió agresivo.
En 1821 fue encarcelado en Saint Palais por propinar un hachazo a un vecino de Eskiule en violenta discusión. Huyó y fue detenido de nuevo, sufriendo maltrato en su reingreso en la cárcel donde pasó cinco años. En su ausencia, su mujer Graxi quedó embarazada de Juan Egiaphal, abandonando esta a su marido. En mayo de 1827 un hombre que venía de noche de la feria de Olorón fue muerto a tiros en el puente de Xokot. El rumor señaló a Etxahun, quien queriendo matar a Egiaphal, se equivocó de persona y mató a otro. Fue encarcelado, juzgado y absuelto, lo que en Barkoxe y alrededores se consideró como una gran equivocación. Posteriormente, Etxahun pegó fuego a la casa de su enemigo, los vecinos le rehuían y le marginaban. Entonces comenzó una peregrinación a Roma que duró seis meses y en cuyo transcurso fue detenido varias veces por vagabundo. A su vuelta pretendió, falsificando documentos, hacerse con parte de la herencia, pero fue descubierto y huyó peregrinando a Santiago de Compostela. Fue juzgado en rebeldía y condenado a dos de prisión. Puesto en libertad en 1847 se retiró a casa de su hermano Juan, con quien riñó, y donde fue víctima de una agresión a consecuencia de la cual perdió un ojo. Inició entonces una vida errante por los entornos, fue acogido por Pedro su hijo más joven de quien recusó su paternidad. Recorrió los pueblos como trovador y era invitado a banquetes de bodas y otras fiestas para que las amenizara con sus versos. Seis años más tarde su hijo murió y la soledad del poeta se acentuó. Volvió a su lugar de nacimiento, Etxahunia.
Murió hace 161 años, en 1862, a los 76 años de edad de una vida pródiga en aventuras y calamidades, y dejando tras de sí el reguero de unos poemas que son el exponente de su gran calidad literaria y de la capacidad de un hondo sentimiento. Etxahun debe a sus infortunios y a mismos defectos el haber llegado a ser el trovador, el poeta más original, personal y más conmovedor de toda nuestra literatura vasca. Etxahun en Iparralde e Iparragirre unos veinte años antes en hegoalde tuvieron una vida parecida, azarosa, dura, ingrata y errante. Con sus cantos inmortales y su popularidad ha llegado a ser el trovador-poeta vascos por antonomasia. La desgracia personal, sentida en carne propia por Pierre Topet Etxahun, dio un tono de elegía conmovedora a sus cantos. Vida azarosa. Inteligencia creativa poderosa. Tiempos en la que los vascos estaban sobrecogidos por la pérdida violenta de sus Fueros y Libertades. Tiempos de desgarro emocional en la memoria colectiva de nuestros antepasados, tiempos de José Mari Iparragirre y siempre presente Gernikako Arbola.