El estadístico Francis Galton se encuentra en una feria de ganado en Plymouth (Reino Unido) y observa cómo diversos expertos se dedican a predecir el peso de un buey. Al encontrarnos en el siglo XIX, esta operación se realiza como se dice en el lenguaje popular, “a ojo de buen cubero”. Lo asombroso del asunto es que se realiza un promedio entre diferentes personas que observan también el animal y se calcula la media aritmética de los pesos estimados… y el resultado casi acierta el peso real. Ha nacido la sabiduría de la multitud.

El concepto tiene base científica, como demostró la BBC inglesa en un experimento realizado en el año 2011, en el que 160 personas debían adivinar el número de dulces que contenía una jarra. Aunque su número exacto era de 4.510, hubo estimaciones que iban desde 200 hasta 10.000 dulces. El promedio final: 4.514.

Usando la misma lógica podemos pensar que los resultados de unas elecciones representan la “sabiduría de la multitud”, pero antes de profundizar en esa idea vamos a hacer un experimento con los resultados que predijeron los líderes de las principales formaciones políticas para las elecciones en la Comunidad Foral de Navarra. Por ejemplo, a UPN le dan desde 12 hasta 18 escaños, siendo la suma total de las predicciones 95. El PSN, desde 9 hasta 13, totaliza 76. Geroa Bai, desde 7 hasta 10, obtiene 56. Bildu, desde 8 hasta 10, se queda en 61. El PP, desde 4 hasta 7, en 35.5. Contigo, desde 3 hasta 5, se queda en 24. Ciudadanos y Vox obtienen una representación muy pequeña. Dividiendo los resultados por 7 (votaron los siete partidos con representación parlamentaria) y redondeando los decimales tenemos la composición final: UPN, 14. PSN, 11. Bildu, 9. Geroa Bai, 8. PP, 5. Contigo, 3. Remarcar que Vox no votó y que además esta formación tiende a tener cierto voto oculto. Por otro lado, se desconoce el efecto que pueda tener algún imprevisto en la campaña, tal y como hemos visto con la inclusión en las listas de Bildu de personas con un pasado delicado. En todo caso, la apuesta está hecha.

Las campañas electorales tienden a aumentar la polarización buscando repitiendo los mantras que se resumen en “buenos contra malos”, “esperanza contra miedo”, “futuro contra pasado”. Eso hace que la multitud no esté bien informada. En la actualidad aparecen los denominados spin dictators (los dictadores de la manipulación). El politólogo Daniel Treisman nos advierte de este peligro en su obra “los nuevos dictadores”. Aparecen temas espontáneos como la vivienda, la ley del sólo sí es sí y todo se olvida.

El olvido. Ya en Japón hace varios años se constató la pérdida de la memoria a corto plazo debido al uso intensivo de la tecnología y a la funesta costumbre de no recordar las cosas ya que “todo está en el teléfono móvil”.

Un cerebro vacío no puede generar ideas nuevas, ni crear patrones de interés ni desarrollar la imaginación ya que al final somos nosotros los que nos quedamos descargados en esos adictivos artilugios. Eso influye en el debate actual: se fijan temas variados y nunca se afrontan los problemas importantes. Para constatar esa idea, vamos a conocer un nuevo fondo de inversión: Fortress. Hoy en día se compra y vende cualquier cosa, y en este caso los fundadores de este fondo, Wesley Edens y Randal Nordone, se dedican a comprar juicios. Sí, juicios. En el año 2019 compraron a Acciona un litigio con la Generalitat de Cataluña por 170 millones de euros convencidos de que los tribunales les darían la razón. Así fue: a finales del año pasado los jueces les dieron la victoria y condenaron al Govern a pagar 304 millones de euros. Un doble escándalo en toda regla: por un lado, se demuestra que el dinero público sigue sin ser de nadie y por otro, el gobierno catalán se dedica a enriquecer a esos fondos a los que tanto critica. Este asunto ha pasado de lado.

Pasamos a otro lado. El Consejo Económico y Social Europeo ya conoce los asuntos prioritarios que desea tratar el gobierno español en su próxima presidencia que se asume en julio: la “negociación colectiva verde”, la “obesidad infantil” o las “medidas para mejorar la salud mental”. Sin embargo, la prioridad debe ser siempre la competitividad equilibrada, claro está, con la sostenibilidad. Cuando estos asuntos no están en el centro del debate, vamos por el camino equivocado. Eso sí, al menos hay movimientos como The Good Lobby con activistas como Alberto Alemanno. Defiende que la ciudadanía se implique más en las decisiones de gobiernos y empresas.

Sería la mejor forma de aprovechar la sabiduría de la multitud.

Profesor de Economía de la Conducta. UNED de Tudela