Formalmente imputado, Trump se enfrenta a 34 cargos criminales por fraude comercial. Concretamente se le atribuye “falsificación de registros comerciales en primer grado”, en violación de la ley penal 175.10 del estado. Más específicamente, la fiscalía mantiene que a partir de 2015 el acusado creó entradas falsas en los registros comerciales de la Organización Trump con la intención de defraudar al público, cometer otros delitos y ayudar a ocultar dichos delitos.
El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, explicó durante una conferencia de prensa posterior a la lectura de cargos que, según la ley del estado de New York, falsificar registros comerciales se considera un delito grave y este caso involucra 34 declaraciones falsas. El fiscal de distrito enfatizó que una conducta delictiva tan grave no se puede ni desoír ni tolerar, con independencia de quién sea el encausado.
El expresidente compareció ante el tribunal el pasado martes a las 2:28 de la tarde. Durante la lectura de cargos, Trump fue fotografiado durante su arresto, sentado en la mesa del acusado rodeado por sus abogados Joe Tacopina y Susan Necheles, y escoltado por varios agentes de policía. Trump puede reclamar ahora un nuevo récord: Se ha convertido en el primer y único expresidente en la historia de Estados Unidos en ser acusado de un crimen. Pero no es un récord mundial: desde 1980 casi la mitad de los países han encausado a sus líderes y desde 2000, 78 líderes han sido encarcelados o procesados. Benjamin Netanyahu, Imran Khan, Najib Razak, Cristina Fernández y Nicolas Sarkozy son algunos de los que comparten tan honorable pódium.
Influir en los resultados
Se enfrenta a una acusación grave. La fiscalía acusó a Trump de idear un plan para influir en los resultados de las elecciones presidenciales de 2016 y de conspirar para socavar la integridad de dichas elecciones. El acusado trató de influir en los resultados organizando pagos para silenciar afirmaciones que pudieran perjudicar su candidatura. En este sentido, Trump transfirió fondos a su abogado personal para que este las hiciera llegar a sus destinatarios a su propio nombre. Cada uno de estos pagos constituye una entrada falsa en los registros comerciales de la Organización Trump, de ahí que el acta de acusación conste de 34 cargos, uno por cada uno de los documentos comerciales falsificados. En suma, la acusación sostiene que Trump compró información sobre sí mismo para impedir su publicación y aumentar sus perspectivas electorales, en violación de las leyes electorales. Se le acusa, además, de haber hecho entradas falsas en los registros comerciales de varias entidades en New York y de haber tergiversado la verdadera naturaleza de los pagos realizados.
Entre los 34 cargos citados, el encausado ha sido investigado por la oficina del fiscal del distrito de Manhattan por su participación en un plan de pago y encubrimiento relacionado con la actriz porno Stormy Daniels. Paralelamente, a fines de 2015 un exportero de Trump Tower intentó vender al National Inquirer la noticia de que Trump había tenido un hijo fuera del matrimonio. La editorial pagó al exportero 30.000 dólares por los derechos exclusivos de la historia, registrando el pago ilícitamente.
A pesar de que la información era falsa, el National Inquirer hizo el pago en virtud de un arreglo con Trump y su abogado. Otro de los cargos se refiere al pago de 150.000 dólares a la exmodelo de Playboy Karen McDougal con la que el acusado supuestamente mantuvo relaciones. Este caso se apoya en un caso anterior.
En 2018 el exabogado personal del expresidente, Michael Cohen, admitió haber hecho pagos ilegales durante la campaña electoral, pagando a mujeres que afirmaban haber tenido relaciones con el acusado. Cohen obtuvo 130.000 dólares a través de una línea de crédito con garantía hipotecaria y Trump reembolsó a su abogado esta cantidad a lo largo del año siguiente. La fiscalía alega que este pago forma parte de un esquema ilegal para ocultar información negativa sobre Trump, incluido el supuesto romance con Daniels, que él sigue negando.
Sombrío y silencioso
Dada la elocuencia del encausado, el juez le advirtió que evitara usar una retórica que pudiera incitar o provocar disturbios civiles; siguiendo las recomendaciones del juez, Trump se mostró sombrío y silencioso a lo largo de la sesión; se declaró “no culpable” de los 34 delitos en 10 palabras. Abandonó la sala del tribunal a las 3:25 PM.
Y habló desde su casa de Mar-a-Lago. En su declaración, el acusado criticó la decisión del gran jurado y del fiscal de distrito Alvin Bragg, calificándola de “persecución política e interferencia electoral al más alto nivel en la historia”. Aseguró que esta “cacería de brujas” resultará contraproducente para Joe Biden y agregó que el pueblo estadounidense entiende lo que están haciendo “los demócratas de la izquierda radical”. Terminó diciendo que el movimiento MAGA y el Partido Republicano están unidos y son fuertes, por lo que primero derrotarán a Alvin Bragg y luego a Biden.
Revuelo en el bando republicano
El encausamiento de Trump, que se presenta como favorito a las primarias, ha generado un gran revuelo en el seno del Partido Republicano. Un buen número de congresistas republicanos han salido en su defensa. El senador Ted Cruz, republicano de Texas, ha calificado la acusación de “completamente inédita” y ha afirmado que es “una escalada catastrófica en el uso del sistema de justicia como un arma política”. “Indignante”, tuiteó el presidente del poder judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, de Ohio, líder del comité republicano que exigió que el fiscal Bragg testificase ante el Congreso sobre las investigaciones de Trump.
En consecuencia, éste ha “prometido” seguir postulándose a pesar de los cargos en su contra. Y, de hecho, puede hacerlo. La constitución establece tan sólo tres requisitos para postularse a la presidencia: Tener más de 34 años, haber vivido en el país durante 14 años y haber nacido en los Estados Unidos. Ni siquiera una condena firme impediría legalmente que Trump se postulara o incluso ganara las primarias y las elecciones presidenciales de 2024.
Si es declarado culpable, Trump podría enfrentarse hasta cuatro años de prisión por cada uno de los 34 cargos, si bien queda en manos del juez la decisión de imponer sentencias de prisión. La próxima cita en la corte es el 4 de diciembre. La acusación ha solicitado comenzar el juicio en enero de 2024, mientras que la defensa prefiere comenzar en la primavera de 2024, lo que supondría hacer coincidir el juicio con el período electoral.
Juicio con graves consecuencias
Independientemente del veredicto, el juicio tendrá graves consecuencias. Dañará aún más la ya malograda reputación de la presidencia, así como la credibilidad del sistema de justicia. Según la gravedad de los cargos y las circunstancias que rodeen el caso, provocará inestabilidad política y malestar social y puede dar lugar a una agria batalla política en el Congreso.
El juicio crispará aún más las tensiones dentro del Partido Republicano, y es posible que refuerce a la extrema derecha alineada en torno al sector MAGA, lo cual alimentará las mentiras de la mitología conspirativa trumpiana. Además, las consecuencias de tener a un candidato presidencial juzgado por lo penal en plenas elecciones serían muy significativas. En suma, más allá de hacer justicia, nada bueno cabe esperar de colocar a Trump una vez más en el centro del circo político electoral.