Primera jornada en línea y asistimos a la típica etapa de la semana inicial del Tour, donde se trata, sobre todo, de sobrevivir y no perderlo todo. Desde el comienzo tuvimos la certeza de que había muchos nervios porque todos temían al puente, el punto caliente del recorrido en caso de que hubiera viento de costado. Tal vez por eso no ha habido movimientos significativos de salida. Daba la impresión de que el viento soplaba de costado y de cara y así es muy difícil que se produzcan cortes. Para que fructifiquen los abanicos el viento tiene que pegar de costado y de culo y esa no era la situación que se han encontrando en el puente. Por mucho que se arme un recorrido en el que se pueda cortar el pelotón son necesarios otros factores. Solo con eso no suele valer. De cara al esprint, el Quick-Step ha subrayado una vez más que posee a uno de los mejores lanzadores del mundo: Morkov. Jakobsen, con su victoria, ha demostrado que Lefevere no se equivocó dejando a Cavendish en casa. De cualquier forma tengo la sensación de que siendo Lefevere belga, al igual que Merckx, que está empatado a victorias de etapa del Tour con Cavendish, en la decisión del jefe de Quick-Step puede que haya pesado ese detalle. La victoria de Jakobsen acaba con las especulaciones. Creo que todos nos alegramos con el triunfo de Jakobsen. Hablamos de un ciclista que estuvo a punto de morir. No creía ni que volvería a ser profesional y mucho menos que volviera a esprintar y asumir esos riesgos. El liderato se lo ha quedado Van Aert, que perseguía el amarillo. Lo disputa todo el belga, pero no sé si eso será bueno a la larga para su equipo. l

El autor es exciclista de Once, Euskaltel-Euskadi y Liberty y director del Grupo Eulen.