Síguenos en redes sociales:

La aldea global

Radio pública vasca

Radio pública vasca

na reivindicación social sentida en el tramo final del franquismo fue la de poner en marcha radios en euskera, en un momento social de gran efervescencia. A voz en grito en las manifestaciones callejeras o presionando en los círculos del poder autonómico recién estrenado, se impulsó la construcción de radios en euskera para atender una situación compleja y clave para el desarrollo y pervivencia de nuestra lengua. Las diócesis vascas y en especial los jesuitas se implicaron en las demandas de radio en euskera, todo ello desde el ámbito privado. La decisión política de desarrollar la radiodifusión pública dio origen a Eusko Irratia, paraguas jurídico de Radio Euskadi, Euskadi Irratia y finalmente Radio Vitoria, compra anterior del Gobierno a Caja de Ahorros Municipal de Vitoria, ante los retrasos y tardanzas para autorizar las concesiones de frecuencias necesarias para desplegar las nuevas emisoras de titularidad pública. Con parrillas de programación progresiva hasta pasar a emisiones de 24 horas, cada una de las tres emisoras inició el proceso de desarrollo de programaciones que desde tres centros de producción (Miramón, Bilbao, Vitoria-Gasteiz) comenzaron a luchar por encontrar un lugar al sol de la audiencia. Radio Euskadi, como heredera del exilio venezolano, Euskadi Irratia como primera emisión de radio convencional y competitiva en euskera, novedad absoluta y finalmente, Radio Vitoria manteniendo su singularidad y potencia comunicativa, nacida en 1934. Desde la construcción de centros emisores, estudios de emisión y producción, así como redacciones con sus respectivas corresponsalías hasta la búsqueda de una personalidad con definido estilo, fueron surgiendo personalidades y figuras reconocidas en la audiencia vasca. La pelea fue dura, en ocasiones agotadora. Estas son las claves de este empeño humano y profesional: Búsqueda de información veraz, honesta y profesional, soporte mediático y apoyo al desarrollo del euskera. Cuarenta años de latido informativo aquí y ahora. Zorionak, denoi. l