El papel lo aguanta todo es el título de una exposición de cuatro artistas cercanos que han volcado sus propuestas realizadas sobre, obviamente, ese invento chino que en pocos años cumplirá dos milenios de edad. El cerca de medio centenar de trabajos ideados sobre el rey de los soportes por Dorleta Ortiz de Elguea, Koko Rico, Iban Arroniz y Joaquín Lara puede visitarse hasta el 1 de mayo en la sala de exposiciones de la Fundación Vital.
¿El papel lo aguanta todo? Pregúntenselo a impresores, editores, libreros... La escasez del papel y cartón está poniendo en jaque a los sectores culturales que necesitan de esa materia prima para llevar a buen puerto sus propuestas. Una escasez que viene acompañada de un relevante aumento de los precios que las imprentas tienen que trasladar a los editores. Respecto al año pasado, el papel se ha encarecido cerca de un veinte por ciento.
Algunas editoriales están retrasando sus publicaciones a la espera de que las aguas vuelvan a su cauce normal. Otras, ajustan al máximo sus tiradas, siendo más cortas de las previstas inicialmente.
Y la gran pregunta es, ¿por qué está sucediendo esto? Algunos editores no dejan de mostrar su sorpresa, comentando que nunca en sus vidas habían asistido a un fenómeno similar. Se habla de que con el auge de las compras online ahora para los envíos de éstas se usa más papel y cartón que nunca. Se comenta también que antes esta imprescindible materia prima llegaba de Asia, una zona que desde hace años ha pasado de exportadora a consumidora. Se arguye que la subida del precio de la luz afecta a una industria que necesita de electricidad a raudales para producir la preciada celulosa, con un cuatro por ciento del uso mundial de dicha energía. La subida del precio del transporte, también tiene que ver con el incremento de su precio. Y, una vez más, dentro de toda esta cadena productiva hay agentes que viendo que el papel sube y sube, acaparan el "oro blanco" en sus almacenes. Y, también una vez más, son las pequeñas editoriales las que más sufren en sus carnes el encarecimiento de suministros y servicios.
En Gasteiz, la legendaria revista TMEO ha visto que el precio de la impresión de los 3.250 ejemplares que editan de cada número ha subido este año un 25%. Después de sufrir los estragos de la pandemia, habiendo sobrevivido sin haber cobrado de sus anunciantes -bares y pequeños comercios- por solidaridad sus preciados anuncios publicitarios, ahora llega esta "tormenta perfecta" del papel. Desde TMEO comentan que tendrán que subir el precio de una revista que lleva ya una década con el mismo PVP: de costar cuatro euros pasará a valer cinco para su número de verano.
Desde las administraciones y gestorías públicas se debería ser consciente de que hay que echar una mano a las industrias culturales que están sufriendo este nuevo revés. Llueve sobre mojado y el panorama a corto plazo no es nada halagüeño para un sector muy debilitado por todas las dos crisis sufridas desde 2008.