a guerra es el infierno en la tierra. Trae muerte, destrucción, exilio, miseria, hambre y odio infinito. Las guerras siempre las pierde la gente corriente, participe o no en ellas, esté a favor o no, esté en un bando o en otro. O se declare neutral. Tras las guerras -perdón por la obviedad- vienen las posguerras, en las que la vida se desarrolla entre lo peor de las consecuencias de la batalla: la muerte (la ausencia), la destrucción, el exilio, la miseria, el hambre y el odio retroalimentado. Vivir en el infierno.
La posguerra de la guerra en Ucrania será muy dura. Sobre todo, claro está, para los ucranianos, porque, pase lo que pase, la van a perder. Es lo que tiene pertenecer a un país situado justamente al lado de un gigante con ansias de engullirte, con un inmenso poder militar, con ingentes armas nucleares y un tirano por líder que exhibe todo eso y amenaza con ser tan déspota y despiadado que proclama su capacidad y voluntad de apretar el botón. Un pueblo desarmado frente a un desalmado sin el pueblo.
La guerra va a alumbrar un nuevo orden mundial, plenamente derivado de lo peor del anterior: cualquier grande puede amenazar e invadir a sangre y fuego al pequeño, sobre todo si está solo y no tiene armas nucleares, siempre que los demás crean que el atacante invasor está tan loco como para desatar el holocausto; el pequeño deberá renunciar a defenderse porque eso ya es hacer la guerra y está muy feo y compromete al resto del mundo y, además, asumirá las condiciones que se pacten mientras le masacran, como por ejemplo ser "neutral" de por vida; el resto del mundo, deberá abstenerse siempre de intervenir ni ayudar al pequeño, hay que evitar el conflicto armado como sea, no vayamos a provocar una tercera guerra mundial.
Continúese, pues, el apaciguamiento de Vladímir Putin que cada vez con más éxito proclama la izquierda europea, española y vasca. La paz bien vale una misa. Por la paz, un Ave María. Aquí paz y después, gloria.
La posguerra será dura, para los ucranianos y para el resto de los europeos (perdón si meter a Ucrania en el viejo continente es una falta de neutralidad) y el mundo. Hay más monstruos con botón rojo esperando su oportunidad. Se cierne la tormenta.