on el máximo respeto a los creyentes y a la historia, permítanme que utilice la expresión para referirme al Santo Grial de nuestros días, del que tanto se está hablando en los últimos tiempos: las pensiones.
Es evidente que, si no hacemos algo, estamos ante la crónica de una muerte anunciada, con permiso del gran escritor colombiano, Gabo. Todos, empresarios, sindicatos, políticos y ciudadanos en general somos muy conscientes de que nuestro sistema de pensiones está obsoleto y no está preparado para el desafío de la generación que lleva el nombre de los babyboomers.
Si este es el diagnóstico, la solución no es fácil. Es más, es muy complicada, pero desde luego necesitamos que sea certera y eficaz. Y digo esto porque lo que está hoy en el ambiente no son propuestas, sino incertidumbre e improvisación. Y las pensiones son las cosas "de comer". Hace tan solo una semana estábamos en vilo con la derogación sí, derogación no de la reforma laboral, algo que no carece de importancia y que se ha resuelto ¿...? de aquella manera.
Ahora tenemos que llenar la hucha de nuestro futuro y, estando claro que debe ser "a escote", no se sabe si vamos a medias, si lo repartimos entre algunos más y otros menos, o si tenemos que utilizar Bizum...
Sin entrar en la propuesta realizada, lo que está claro es que cualquier decisión debe contar con el máximo consenso posible, algo que queda muy lejos de lo que ha ocurrido. ¿Dónde está el espíritu de aquel Pacto de Toledo? ¿Dónde está la altura en la gestión basada en el "consenso"?
Triste. Es la definición de una foto incompleta, donde no figuran todos los protagonistas de esta historia. No sé si estamos a tiempo de volver a posar juntos, pero deberíamos intentarlo. Y también tener presente que, ojo, nos está enfocando Europa... A ver qué le parece este álbum.