iene toda la pinta de que vamos a sufrir otra ola más del covid-19. Por ahora nuestro índice de vacunación hace que los contagios por cien mil habitantes sean aquí menores que en países como Bélgica o Alemania, pero desgraciadamente volvemos a ir al alza.

Dicho lo cual, van surgiendo noticas bien curiosas. En Alemania, por ejemplo, parece ser que tienen comprobado científicamente que un porcentaje cercano al 90% de los contagiados son personas no vacunadas. Y esto hace que estén considerando, e incluso aplicando, medidas tales como exigir el pasaporte covid para entrar en cualquier sitio menos en tu propia casa. Y empieza a haber voces que claman ya directamente por la obligatoriedad de vacunarse. Podría avecinarse incluso una situación en la que la distopía que conocemos desde hace ya año y pico se vuelva orwelliana y asomen por el horizonte situaciones en las que o bien te vacunas, o te vas -directamente vacunado- a la trena.

Que nadie me malinterprete. Yo lo pasé muy mal en la primera oleada, con ingreso hospitalario incluido. Estoy completamente vacunado y en las antípodas del negacionismo. Eso de que te inyectan un chis me parece al menos tan absurdo como el terraplanismo. Pero es evidente que estamos ante la colisión del derecho colectivo a la salud y el derecho individual, entre otras cosas, a la libre opinión. Y que eso nos ocurre en una sociedad incoherente en la que empiezan a oírse opiniones del tipo de que "a mí, ¡que no me quiten la Navidad!". La Navidad va por encima de las vidas humanas por lo visto. Se ve que tenía razón quien dijo que una muerte es una tragedia pero varios miles son una estadística.

¿Ustedes qué opinan? ¿Prevalece el derecho a la salud sobre el derecho individual a no vacunarse? De ser así, ¿tiene sentido eso de que, por ejemplo, "a mí ¡que no me toquen la Navidad!"?