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Carga Viral

La bajona no perdona

La bajona no perdona

oy es el día de la bajona. Por decreto ley. Así lo han decidido nuestras autoridades. Toca despertar del dulce sueño de la Semana Santa, cortar de golpe la jarana y adentrarnos de nuevo en el corazón de las tinieblas de la depresión y los augurios más oscuros.

Es verdad que ya lo sabíamos, porque la jugarreta no es nueva. Pero fastidia igual o más. Durante cinco días, el puño de hierro se ha aflojado, la pandemia se ha vestido de lagarterana y el populacho ha podido oxigenar algo sus ya sobrecargadas meninges. Era importante levantar el ánimo de la tropa para que todos nos lanzáramos a disfrutar del asueto aun en el modo light del confinamiento perimetral y, sobre todo, a quemar la Visa.

Una vez calmado parcialmente el voraz apetito de la economía, llega el momento de la pesada digestión. Y ahora toca señalar las consecuencias catastróficas de lo que hemos hecho, a lo cual curiosamente nos habían inducido. Así que a alertar del dramático repunte de la curva y a tomar nuevas medidas de contención.

Porque no hace falta ser un gurú para pronosticar las dantescas estadísticas que hoy anunciarán a bombo y platillo. Es el día de la depre. A partir de hoy, empieza de nuevo el baile de números, los gráficos con curvas que se disparan y el festival de colorines que tienden al rojo.

Con lo cual se calentará de nuevo el debate sobre la cuarta ola, y asistiremos a la habitual pugna entre los científicos que abogan por restricciones draconianas y los políticos que, presionados por el lobby empresarial y por una ciudadanía hastiada, tratan de encontrar subterfugios.

Y así hasta que, en un par de meses, con la canícula acechando, lleguen de nuevo los cantos de sirena del sector turístico y todos de parranda. Pero a estas alturas ya sabemos que toda fiesta tiene su resaca. La bajona no perdona.