A Carlos Montero, creador de series de éxito como Élite, Física o química o El desorden que dejas, se le ocurrió abordar la realidad de la sanidad pública “al ver lo que estaba pasando en este y otros países con su desmantelamiento”, algo que cree que “preocupa a todos. La sanidad pública es una de las joyas que tenemos, de la que siempre hemos estado muy orgullosos y es una pena ver que eso se está perdiendo. Me removía mucho realmente, me apetecía explorarlo”. Así nació Respira.

Esa realidad de los profesionales del sector la plantea desde lo más radical, la convocatoria de una huelga general en un hospital. “Somos conscientes de que tenemos unos equipos médicos maravillosos”, insiste Montero. Algo que es secundado por Aitana Sánchez-Gijón (Velvet), una de las actrices protagonistas de la nueva serie, cuando anima “a no permitir el empobrecimiento y las condiciones cada vez más precarias de muchos centros sanitarios públicos. Creo que el estado de bienestar es fundamental y que eso garantiza una justicia social sin la cual estamos destinados a tener un país de pobres y ricos”.

Trabajando al límite

La serie se desarrolla en el Hospital Joaquín Sorolla de Valencia, según la sinopsis oficial de Netflix “mucho más que un centro público donde se salvan vidas a diario. Médicos y residentes trabajan sin descanso al ritmo frenético de la sala de urgencias, donde las tensiones, las emociones e incluso el deseo aceleran el pulso de un personal que vive cada vez más al límite. La llegada de una paciente prestigiosa pone de relieve la complicada situación de la sanidad pública y enciende la mecha de lo que se convertirá en una drástica huelga sin precedentes”.

Un reparto, una voz

Cuando el proyecto se presentó, Carlos Montero señaló que quería “recuperar los grandes dramas hospitalarios pero con una mirada rabiosamente contemporánea”, sin caer en lo panfletario.

Esta idea la comparten todos y cada uno de los miembros del reparto asegurando que más que posicionarse, lo que pretende Respira es generar conversación y debate sobre el tema de fondo.

Al igual que Sánchez-Gijón, Alfonso Bassave (Estoy vivo) destaca la capacidad que puede tener una ficción como esta para “modificar a quien la ve”. El polo opuesto a los profesionales médicos lo pone el personaje político que encarna Najwa Nimri (La casa de papel), cuyo objetivo es la privatización del hospital donde se desarrolla la acción y en el que tiene que acabar siendo tratada.

También participan, entre otros, Blanca Suárez (Las chicas del cable), Manu Ríos (Élite) y Borja Luna (Cristo y Rey).