#traffickinghub, un movimiento para frenar el abuso sexual en internet
El movimiento #traffickinghub es un esfuerzo global descentralizado y diverso para responsabilizar a Pornhub por permitir delitos sexuales masivos –Tráfico sexual, violaciones, torturas y material de abuso sexual infantil– y lucrarse con ellos, y para implementar políticas que prevengan el abuso sexual en Internet
Hace 6 años Laila Mickelwait, autora del libro Take Down, Inside the fight to shut down Pornhub, comenzó a investigar las plataformas pornográficas gratuitas por lucrarse con el abuso sexual infantil, las violaciones y el tráfico sexual. Lo que descubrió fue mucho más duro que lo que al principio podía haber imaginado.
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Las plataformas pornográficas gratuitas como Pornhub, XNXX, Xhamster o Xvideos tienen un modelo de negocio basado en la publicidad. Cuantos más vídeos y más páginas con vídeos tengan, Google ofrecerá más resultados de la plataforma cuando alguien busque algo, la plataforma tendrá más visitantes, se verá más publicidad y ganarán mucho más dinero. Pornhub, en su época de mayor esplendor tenía 4.6 millones de impresiones de publicidad diarias y unas ganancias de 40 millones de dólares al mes. Pornhub tiene más visitantes diarios que Netflix, Amazon, Youtube y X juntos, y al año se suben 6.8 millones de imágenes y vídeos a la plataforma.
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Como el objetivo siempre es ganar dinero y en este caso se consigue teniendo un catálogo extenso de vídeos, no se verifica que las personas que aparecen en las imágenes y vídeos sean mayores de edad, que hayan dado su consentimiento para tener o grabar las relaciones sexuales y para subirlas a la plataforma. Es una decisión empresarial consciente. Como consecuencia, en estas plataformas hay muchos vídeos reales de violaciones, torturas y material de abuso sexual infantil. Muchas víctimas de abusos sexuales de todo tipo y de torturas presenciaban horrorizadas cómo los agresores subían a la plataforma los vídeos de sus agresiones. Por poner varios ejemplos, estos son los títulos de algunos vídeos con cientos de miles de visualizaciones y me gusta: “Adolescente grita mientras es follada por el culo”, “Puta escupida y abofeteada”, “Cerda muerta, entreabre los ojos después de ser drogada”.
En la plataforma, de 1.800 trabajadores, solamente 30 se dedican a la moderación, y teniendo que ver más de 700 vídeos al día sin sonido, se centran únicamente en la calidad de la imagen. Cuando una víctima se ponía en contacto con la empresa para que retirase el vídeo de los abusos que había sufrido, la empresa le obligaba a demostrar que el ataque era real, que ella no había dado su consentimiento y/o que ella era menor de edad en el momento de la grabación. Si la víctima conseguía demostrarlo, entonces Pornhub retiraba el vídeo, pero no retiraba el resto de vídeos que había subido el mismo usuario, les quitaba los metadatos y los dejaba como “desconocidos”.
Etiquetas
Las empresas que gestionan la publicidad en estas plataformas ofrecen a aquellos que se quieren publicitar la opción de hacerlo usando las etiquetas de los vídeos más populares en cada momento, etiquetas como estas: teen (adolescente), brazers (aparato dental principalmente usado por adolescentes), hiddencamera (cámara oculta), 14ysold (14 años), not18 (no 18 años), tiny teen (adolescente pequeñita), screaming teen (adolescente gritando).
Se han encontrado muchos casos en los que después de perpetrar abusos sexuales, los agresores han acabado en la cárcel, pero los vídeos de las agresiones siguen en las plataformas. Durante un tiempo estas plataformas tenían un botón de descarga, de forma que los usuarios podían descargar los vídeos y volver a subirlos siempre que quisiesen a donde quisiesen. El 15% de las víctimas que ven cómo sus abusos circulan por internet tienen ideaciones suicidas.
Usuarios sin verificar
Pornhub tampoco verifica quiénes son los usuarios que suben los vídeos ni los y las modelos. Se dio un caso en California en el que una menor de 15 años fue secuestrada y a los 6 meses el vecino de la madre de la chica la vio en Pornhub. El secuestrador había creado un canal llamado La putita de papá donde iba subiendo las violaciones a las que la sometía y la chica estaba registrada en la plataforma como modelo amateur.
El 3 de noviembre de 2019 el diario Sunday Times hizo una pequeña investigación sobre Pornhub y en 10 minutos, sin buscar demasiado, encontró vídeos de abuso sexual infantil, violaciones y torturas reales. A pesar de que la plataforma establece en sus términos de uso que ese tipo de vídeos va en contra de su política y que no se toleran, muchos vídeos llevaban más de 3 años y tenían más de 350.000 visualizaciones.
Gracias a Laila Mickelwait y al movimiento #Traffikinghub en estos momento más de 300 víctimas han puesto 27 denuncias contra la empresa propietaria de Pornhub y en 5 años han conseguido que retiren de la plataforma 50 millones de imágenes y vídeos que no habían sido verificados, el 91% de su catálogo.
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