Pongámonos en situación, en la más sencilla: ya hemos llegado casi al final del día y andamos trasteando con el móvil antes de irnos a la cama, revisando los mensajes tardíos de las redes sociales, las últimas noticias en los medios digitales, terminando la partida de algún juego o viendo alguna serie o película. En este punto se activa el aviso de batería baja, por debajo del 20%, y sabes que todavía te queda un ratito. Como también se ha abierto la opción de activar el Modo ahorro de batería, lo pinchas y sigues a lo tuyo. Al final, se alarga la sesión y descubres que la energía ha durado más de lo esperado.
En ese momento te haces una muy humana reflexión: “Mañana, la activo en cuanto pueda y consigo que la batería me dure más”. Dicho y hecho, en cuanto desconectas el móvil del cargador y sales de casa para enfrentarte a la rutina y quehaceres diarios, pones en marcha el plan. Y parece que funciona.
El Modo Ahorro
Como opción ocasional está bien, pero hay que ser consciente de cómo funciona y de algunos problemas que se nos pueden presentar. Convertirlo en costumbre puede deteriorar el rendimiento y causar fallos importantes en el funcionamiento del dispositivo.
Uno de los elementos que más preocupa a los usuarios es la batería del móvil, especialmente en lo que se refiere a su duración. Sin ella no hay móvil, y según el momento elegido para agotarse, puede haber un drama. Por eso, conservarla en buen estado y alargar su duración casi es una obsesión. Vigilar las rayitas de su estado es casi un deporte. A pesar de los avances, su propia naturaleza es su maldición: tiene una capacidad limitada de almacenaje y acaba agotándose. Lo hará más rápido cuanto mayor y más exigente sea su uso.
Ver vídeos en streaming o grabarlos, además de los juegos, consume una enorme cantidad de energía, y si te desplazas o estás fuera de casa, puede que acabes sin batería y no puedas poner a cargar el móvil. Para intentar superar esos momentos críticos, los móviles incluyen desde hace años la función Modo ahorro de batería.
Se trata de una herramienta que ajusta el funcionamiento del sistema para reducir el consumo de energía y ganar unos cuantos minutos, incluso unas horas. Ahora bien, lo que hay que tener claro es que es para situaciones puntuales y que su uso tiene un precio.
No debe usarse en cualquier momento
El Modo ahorro de batería tiene un objetivo muy concreto: reducir el consumo de energía cuando ya queda poca en la batería. Por eso se activa el aviso cuando baja hasta el 20% de su capacidad y pregunta si se activa este modo. Vuelve a avisar cuando llega al 10%. De hecho, si una vez activado se pone a cargar el móvil, cuando llega al 80% automáticamente se desactiva. Por eso, activarlo manualmente cuando supera esta cantidad es inútil.
Bueno, pues en cuanto llega a ese punto, lo activamos. Este es el error. Lo que sucede realmente cuando se activa el modo ahorro es que el móvil limita el uso de energía y empieza a ir más despacio, ya que hay funciones que se detienen o que se ralentizan. Así, se limita el consumo de recursos en segundo plano, se desactiva o se limita la vibración del móvil, se reduce el brillo máximo de la pantalla, se desactiva el modo Always on de la pantalla y también se limitan o disminuyen las animaciones y efectos visuales en la pantalla (especialmente en los juegos). Además, en algunos móviles se desactiva la conexión 5G.
La limitación de la actividad en segundo plano es particularmente relevante, ya que de ella depende el correcto funcionamiento de muchas aplicaciones, como son las de mensajería, el correo electrónico o la navegación. Las notificaciones puede que tarden en llegar, que no sean tan instantáneas como cabía esperar, que haya dificultad con la localización en tiempo real.
Útil usada en su momento
Por ello, la función Ahorro de batería tiene un objetivo muy concreto: aguantar con el móvil en funcionamiento hasta llegar a un punto de recarga donde darle de beber. Con la idea clara de que lo que realmente hace es restringir el uso de aplicaciones, funciones o características para que esa energía pueda ser desviada a otras necesidades más básicas que permitan mantener el uso del móvil durante más tiempo.
Haciendo un uso correcto de esta opción podremos disfrutar de una mejor experiencia de nuestro smartphone. Y como la mejor medicina es la prevención, contar con una batería auxiliar en la recámara del bolsillo o el bolso puede ser un salvavidas que nos saque del apuro y nos evite un disgusto.