Dos satélites de la constelación Starlink de SpaceX estuvieron a punto de chocar con la estación espacial de China en construcción a lo largo de este año, según el gobierno de Pekín. En ambos casos, uno en julio y otro en octubre, el laboratorio en órbita realizó maniobras evasivas para evitar satélites operados por la empresa espacial de Elon Musk.
Un memorando remitido por China remitido a un comité de las Naciones Unidas que supervisa las operaciones en el espacio, con fecha 6 de diciembre, cita Starlink-1095, que había operado a una altitud promedio de 555 kilómetros a principios de este año, antes de descender a 382 kilómetros y tener un "encuentro cercano" con la Estación Espacial China el 1 de julio.
En ese segundo episodio, el margen para un accidente en octubre podría haber sido tan pequeño como unos pocos cientos de metros si los astronautas a bordo de la estación espacial no se hubieran desplazado a una altitud diferente, según datos compilados por el astrofísico Jonathan McDowell, citado por Bloomberg.
Asimismo, el gobierno chino alertó de estos hechos al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el 3 de diciembre, según dijo este martes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, en una conferencia de prensa en Pekín. Sostuvo que Estados Unidos no está cumpliendo con sus obligaciones bajo el Tratado del Espacio Ultraterrestre. Los incidentes pusieron en peligro a los operadores de la estación, dijo.
Hablando el miércoles en una sesión informativa similar, Zhao pidió a todas las naciones que "respeten y defiendan el orden internacional en el espacio basado en el derecho internacional". El Departamento de Estado de EE.UU. se negó a comentar sobre los incidentes de SpaceX específicamente. "Hemos alentado a todos los países con programas espaciales a ser actores responsables, para evitar actos que puedan poner en peligro a los astronautas, cosmonautas y otros que puedan estar orbitando la Tierra", dijo Ned Price, portavoz del departamento, en una sesión informativa el martes.
China lanzó la nave espacial Shenzhou-13 el 16 de octubre, enviando a tres astronautas en una misión de seis meses a su estación espacial en construcción, denominada Tiangong, y cuyo módulo central Tianhe ya está operando.