En las últimas semanas escuchamos de manera continua y reiterativa en los medios de comunicación que vivimos una crisis de suministro motivada por problemas logísticos a nivel mundial, que ha provocado un problema de desabastecimiento mundial. Faltan productos y componentes, que no pueden ser distribuidos e incluso fabricados, por la dificultad de adquisición de materia prima. Este es el contexto global que vivimos es cierto, y tenemos a la vuelta de la esquina la Navidad, época de compras por excelencia, que tensará aún más un sistema cuasi colapsado.
Buscar un origen concreto al problema no es sencillo, y no lo es porque no lo hay. El complejo marco que dibuja hoy en día la logística parte de la concatenación de varias crisis como la reactivación abrupta del consumo tras el mayor parón conocido, el incremento de las transacciones on line, la falta de profesionales del transporte por tierra, la minora de fletes marítimos que ha provocado que los precios se disparen, o la necesidad de actualización de los mecanismos de gestión logística.
¿Habrá escasez de juguetes en Navidad?
La solución al mayor atasco de suministros de la Historia no parece estar cercana, y desde luego, no se atisba a un mes vista. ¿Nos quedaremos sin productos que queremos esta Navidad? La respuesta es un sí rotundo, aunque hay que matizar que no se prevé una falta generalizada de artículos, se agotarán solo aquellos de mayor demanda.
Un ejemplo claro lo tenemos en las cartas que los niños enviarán dentro de muy poco a Papá Noel, a los Reyes Magos, a Olentzero o a Tió de Nadal. Todas las campañas hay determinados juguetes de moda que todos los pequeños incluyen en su lista de deseos. Esos, seguramente, sufrirán la falta de reposición una vez consumido el stock, por la dificultad tanto de reaprovisionamiento de productos importados como, en algunos casos, de la parada o ralentización de los propios procesos de fabricación por la falta de suministros.
¿Habrá escasez de juguetes? ¿Vamos a tener ropa, artículos de ocio, cultura, alimentación esta Navidad? Claro, no va a faltar mercancía, la cuestión está en si vamos a conseguir la camiseta negra de la marca de moda que todo el mundo quiere, el videojuego al que todo el mundo juega, o el último modelo de teléfono lanzado al mercado.
Se está dando, por tanto, una paradoja: en época de fuerte demanda con un consumo al alza, los fabricantes ven mermada su actividad y minoradas sus ventas porque piezas o materias fundamentales para su producción no llegan o lo hacen en cantidades muy inferiores a las necesarias. Es claro el ejemplo de los coches, las listas de espera para adquirir turismos superan los seis meses por la falta de microchips, que no llegan a las empresas de automoción.
¿Tiene algo que ver la crisis de contenedores?
Como decíamos, la solución no está cercana. Las variables de la ecuación hacen muy compleja su resolución inmediata. Por un lado, la crisis del transporte marítimo con problemas de carga y descarga en los puertos, y navieras batiendo records de facturación con menos unidades de flota operando y unos precios disparados, está provocando un enorme atasco de movilidad de materia prima y producto acabado.
Sin embargo, el transporte marítimo no es el único culpable de esta crisis: son necesarios 15.000 transportista de distribución por carretera solo en España; se buscan alternativas en el transporte aéreo, que está aumentando su actividad de transferencia de carga, pero no es rentable para todos los productos; continúa la pandemia que ha propiciado cierres temporales de empresas en China La concatenación de circunstancias ha generado una bomba logística que ha estallado en una crisis logística mundial. Y de situaciones como esta deberíamos aprender para afrontar mejor el futuro.
Posibles soluciones a la crisis de suministros
Ya se habla en los foros políticos y empresariales de evitar la dependencia extrema de otros países para el suministro de determinados materiales o artículos de gran consumo industrial, con medidas como la ley del chip anunciada por Bruselas para evitar la dependencia de la Unión Europea de Asia y Estados Unidos, o las subvenciones a grandes tecnológicas para reforzar la fabricación de semiconductores en Europa.
Junto a la relocalización, la gran baza del sistema para que la cadena de suministro funcione perfectamente engranada es la implementación de las nuevas tecnologías al total de sus eslabones. En LIS Data Solutions trabajamos con Inteligencia Artificial, Ciencia de Datos y Analítica Avanzada, que nos permiten optimizar procesos; simplificar y adelantar la toma de decisiones, incrementando los ratios de previsión, y eficientar cualquier actividad, con grandes resultados en la cadena de suministro en la que nos centramos en este artículo.
¿Cómo ayuda la Inteligencia Artificial a la logística?
La automatización de procesos puede aplicarse al conjunto de la supply chain en un amplio abanico de tareas con innumerables ventajas para la logística. Los sistemas predictivos, por ejemplo, como los dedicados a la predicción de la demanda o el mantenimiento predictivo, nos permiten anticipar las necesidades de las empresas. Aportan estimaciones sobre las ventas que se van a producir o las necesidades de revisión o recambio de piezas de los equipos de manera anticipada, incrementando las cotas de planificación y simplificando la toma de decisiones.
En la misma línea, adelantarnos a los acontecimientos futuros, están los gemelos digitales, herramientas que nos permiten operar en una reproducción virtual de un producto, proceso o servicio real para probar distintas situaciones sin asumir ningún tipo de riesgo. Pongamos, por ejemplo, que los responsables de almacén plantean una redistribución espacial de artículos o la variación de los movimientos de referencias para su entrada o salida de un centro de distribución. Con un gemelo digital, es posible plantear cuantos escenarios se quiera y comprobar su eficacia para elegir la mejor de las opciones de manera anticipada. Los digital twins posibilitan además someter a los sistemas a test de estrés para entrenar imprevistos o incidencias y ofrecer la mejor de las soluciones en el caso en el que esas problemáticas lleguen a darse.
Por otro lado, las nuevas tecnologías facilitan la localización de mercancías en almacén a través de códigos de barras y RFID, su movilidad con sistemas de distribución interna automatizados, y una total trazabilidad de la paquetería y la flota, que permite controlar todo el proceso de distribución en tiempo real.
Además los procesos de carga se optimizan gracias a planificadores que aprovechan al máximo el espacio disponible, teniendo en cuenta variables como tamaño, peso, fragilidad o momento de la descarga. Una vez en sus medios de transporte se inicia el proceso de distribución que es mucho más eficiente, sostenible y rentable si se utilizan para su diseño planificadores de ruta, con los que podemos diseñar los mejores recorridos, ahorrando en tiempo y combustible, y gestionar incidencias reevaluando las rutas en caso de problemas sobrevenidos.
Con el medio de transporte en destino, recepcionar el material también es mucho más rápido si nos apoyamos en la tecnología. Con sistemas de visión artificial podemos realizar conteos automáticos de la carga en décimas de segundo, e incluso comprobar su estado.
Big Data: el aliado de la cadena de suministro
Como vemos, y son solo algunos ejemplos, los procesos logísticos y la eficiencia de la cadena de suministro tienen un gran aliado en la Inteligencia Artificial y la Ciencia de Datos. La crisis de suministro actual tiene innumerables causas que han confluido en un mismo tiempo provocando el bloqueo del sistema global, lo que ha puesto de manifiesto la necesidad de establecer cambios y eficientar los procesos logísticas, y para esta última parte las nuevas tecnologías disruptivas son la solución.