LA HAYA. A través del espacio en internet, víctimas de los atentados terroristas y otras tragedias comparten su experiencia con otros afectados en busca de apoyo moral para superar el trauma.

"Se trata de saber que no estamos solos. Ayuda mucho darte cuenta que no es extraño sufrir ataques de pánico repentinos, incluso años después, y que es normal tener pesadillas a pesar del paso del tiempo. Compartir nuestras experiencias nos hace más fuertes", explica hoy Zandvliet, en una entrevista con Efe.

Las víctimas se comunican por la red social, escriben sus historias, con más o menos frecuencia, aunque también hacen encuentros en persona cuando es viable porque "lo importante es estar en contacto" cuando sea necesario.

"A veces nos reunimos en persona, tomamos un café y hablamos. Algunas personas son miembros silenciosos y solo leen lo que otras personas cuentan. Está todo bien", añade.

La relación entre los participantes es "muy íntima", y al que puede recurrir cualquier persona, independientemente de su nacionalidad, con el objetivo de sentirse identificado con otras historias y "hacer más llevadero" el proceso de recuperación.

Zandvliet, de 39 años, estaba en la sala de conciertos Bataclán, la noche del ataque terrorista en París que dejó 89 muertos, y presenció el tiroteo de principio a fin, mientras intentaba resguardarse y salvar su vida.

"Me sigo recuperando del episodio de estrés postraumático, después de casi año y medio. Sufrí horribles pesadillas cada noche durante más de 4 meses. Perdí mi trabajo. Estaba muy centrado en lo que pasó en París y eso me provocó mucho estrés", afirma.

Su idea de poner en marcha este grupo era "ayudar a sus compañeros de grupo" y "víctimas holandesas" a sobrellevar el terror sufrido tras una tragedia.

Se le ocurrió la idea al descubrir un pequeño grupo de los supervivientes del atentado de Bataclán, del que también es miembro, "pero es solo en Francia y se habla únicamente francés", lamenta.

"Se trataba de ser parte de un grupo de personas que están en la misma situación que yo y que experimentan las mismas dificultades en su vida cotidiana. Este grupo me ha permitido no solo ponerme en contacto con víctimas holandesas sino con supervivientes de otros ataques terroristas", explica.

Por ahora son 80 personas en ese grupo y, según Zandvliet, desde los atentados de Cataluña del pasado 17 de agosto, en los que murieron 16 personas, y un centenar resultaron heridas, hay más personas que se están sumando a "Víctimas del terror".

Los miembros de este grupo proceden de diferentes países, como Holanda, Bélgica y Francia, y son supervivientes de atentados como los ocurridos en Bruselas en marzo de 2016 (con 31 muertos y 270 heridos) o los de Londres de los pasados marzo (cinco fallecidos y 31 heridos) y junio (8 muertos y 20 heridos).

También cuenta con algunos de los 64 heridos que sobrevivieron al atentado suicida en el Manchester Arena, en el que también perecieron 22 personas, entre ellos niños.

En el grupo también hay varios familiares de los fallecidos en el vuelo MH17 de Malaysia Airlines, derribado en julio de 2014 por un misil lanzado presuntamente por rebeldes prorrusos y que mató a 298 personas de diferentes nacionalidades.

"La gente comparte sus historias, pide orientación, recomendaciones de psicólogos, comparte sus sentimientos cuando tienen un momento difícil y nos reunimos en persona si hace falta", asegura este superviviente, poco después de llegar a su casa precisamente de un encuentro con dos víctimas holandesas de dos ataques terroristas.

Zandvliet subraya que "por supuesto, este sistema no sustituye a un psicólogo", cuyo papel reivindica como necesario, sino que "este grupo es una historia diferente, produce otra sensación hablar con otras víctimas".

Agrega que se trata de "ofrecer un oído cuando alguien tiene un momento difícil", incluso para los que simplemente quieran compartir cómo han ido las sesiones con su psicólogo.

Los últimos ataques en Barcelona y Cambrils han despertado malos recuerdos en muchas de las víctimas y Zandvliet asegura que cuando se les pase el "choque inicial", las víctimas de esos atentados también necesitarán "un oído y un compañero" que haga llevadero su dolor.

"El sentimiento del grupo ahora es de frustración, no de odio. Nuestra sensación es horrible porque hemos tenido que revivirlo todo de nuevo y recordar experiencias al ver que ha ocurrido un nuevo atentado", lamenta.