MADRID. Los responsables de esta investigación, que se publica en las revistas Circulation y Cirtulation Research, son científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), Fundación Jiménez Díaz y Hospital Universitario de Salamanca.
Durante décadas se ha asumido que inmediatamente después de un infarto se producía una reacción inflamatoria (caracterizada por un incremento del contenido de agua y células) en el tejido infartado y que ésta permanecía estable durante al menos una semana con una posterior desaparición progresiva, explica el CNIC en una nota.
Sin embargo, ahora, se ha demostrado que el corazón humano responde con dos reacciones edematosas muy bien diferenciadas y separadas en el tiempo, según los responsables de esta investigación, que previamente hicieron sus hallazgos en modelos experimentales -los resultados los publicaron hace dos años-.
"Este nuevo trabajo, que ha hecho uso de la tecnología de resonancia magnética más avanzada para demostrar que el corazón humano responde con dos reacciones edematosas muy bien diferenciadas y separadas en el tiempo, tiene implicaciones clínicas inmediatas", aseguran sus responsables.
Según estos, no solo afectan a ensayos clínicos en marcha, sino a futuros estudios que puedan enfocarse en la modulación y posible tratamiento de estas dos fases independientes.
Además, los científicos constatan que terapias aplicadas durante el infarto son capaces de cambiar la composición del músculo cardiaco durante las primeras horas tras la reperfusión y "ello se traduce en una recuperación del corazón mucho más rápida".
El cardiólogo Rodrigo Fernández-Jiménez, primer firmante de ambos trabajos, apunta que paradójicamente el conocimiento de la reacción del miocardio a un infarto es aún muy escaso y sólo gracias al uso de la resonancia magnética, técnica que da un detalle milimétrico de la composición de los tejidos de manera no invasiva, se está empezando "a descifrar muchos de estos misterios".
Mediante el uso de estas técnicas, se ha logrado seguir de manera seriada los cambios dinámicos que suceden en el músculo cardiaco inmediatamente después de un infarto tanto en pacientes como en modelos animales.
Para hacerlo en pacientes, ha sido fundamental la participación del Hospital Universitario de Salamanca, según el CNIC.
El jefe de cardiología de este centro salmantino, Luis Sánchez, relata que la primera resonancia magnética la hicieron dentro de las tres horas que siguen a la apertura de la arteria coronaria con un stent.
"Los pacientes en este período son vulnerables y, además de un equipo de expertos de resonancia magnética, necesitábamos el apoyo clínico para el cuidado continuo durante la prueba".
El descubrimiento de la reacción bimodal del corazón humano, "hace replantearse el momento en el que los ensayos clínicos deben realizar una resonancia magnética para cuantificar el daño irreversible de los pacientes y el efecto de terapias aplicadas para reducir este daño", declara el cardiólogo del CNIC Borja Ibáñez.
"Hasta ahora existía una visión liberal y estos estudios de imagen cardiaca se realizaban en cualquier día post-infarto".
Pero estos nuevos trabajos, añade, "nos muestran que las resonancias magnéticas con este objeto deben de realizarse entre el día 4 y 7 post-infarto, momento en el que la segunda onda inflamatoria/edematosa es prominente y ocupa toda el área que estuvo sin riego sanguíneo durante el infarto.