El felino fue hallado por una familia de Tennessee (Estados Unidos) mientras remodelaba su nueva vivienda y derribaba viejas paredes. Dentro de una de ellas aparecieron dos gatas huérfanas procedentes de la misma camada y no más de dos o tres semanas de edad.
Sin duda, lo que más fascinó a los nuevos inquilinos fue el curioso rostro dividido en dos colores de una de las mininas, a la que finalmente bautizaron con el nombre de Apricot.
Dada su apariencia fuera de lo común, es muy posible que se tratase de una gata quimera genética. Esta rara condición se produce cuando dos embriones con una genética distinta se fusionan para convertirse en un único organismo.
Tras el rescate, Apricot y su hermana Pretzel fueron trasladadas a un centro de salvamento de gatos ubicado en la ciudad de Nashville. Allí, una voluntaria las adoptó para hacerse cargo de ellas hasta encontrarles un hogar definitivo.