Rosbin Ramos, un jugador de 18 años del equipo guatemalteco Batanecos ha protagonizado una escena insólita tras simular ser golpeado. El suceso se produjo durante un partido de fútbol de tercera división contra el Deportivo San Lorenzo en el que se notaba el ambiente caldeado y abundaban las riñas y las intervenciones de los árbitros.
En medio de la conmoción y con un jugador local tendido en el suelo, alguien arrojó una cáscara de naranja al campo.Ramos decidió aprovechar los momentos de confusión y, después de apoyar el objeto en su cara, se dejó caer violentamente sobre el césped a la vez que mostraba un dolor inmenso.
Cero credibilidad
Su interpretación no pareció convencer a ninguno de los presentes, y fue ignorada por los jueces y criticada por los fanáticos. Tampoco sirvió para que su equipo alcanzase la victoria, puesto que el resultado fue una derrota de 1-3 frente a los locales.
A raíz de este peculiar incidente, las imágenes del partido se hicieron virales en las redes sociales y los usuarios le dedicaron burlas y comentarios peyorativos de todo tipo al joven jugador.
Mella en la salud mental
Ramos confesó posteriormente que esta oleada de negatividad estaba causando estragos en su estabilidad emocional. “Desde el domingo que llegué a mi casa, mi mamá me ofrecía comida, me encerré en mi cuarto y no quería saber nada. Incluso hasta quería hacer cosas que no debo”, explicó desde el estadio Las Morenas, casa de Batanecos FC.
La presidenta de la institución, Carolina Cancinos aclaró que Ramos había entrado en un “proceso de depresión”, y había llegado al extremo de “atentar contra su propia vida”.
Las causas de su actuación
El jugador guatemalteco quiso matizar las razones que le motivaron a llevar a cabo esta pantomima. “Nos estaban tirando monedas, latas y cáscaras de naranja. Ya le habían pegado a un compañero, y a mi me dieron con una moneda. Lo hice para que no nos siguieran tirando objetos, tenía miedo”. Así pues, se disculpó por su conducta y se mostró muy arrepentido.