Si a los clubes europeos de baloncesto ya les costaba retener a sus principales talentos, a partir de ahora conseguirlo será una tarea dificilísima tanto para el Baskonia como para el resto de equipos del continente.
La decisión que la jueza federal Claudia Wilken tomó en el año 2021 al permitir que los jugadores de las ligas universitarias estadounidenses pudieran obtener beneficio económico por medio de acuerdos publicitarios ya sacudió en su momento a las canteras europeas y ha provocado una gran fuga de talento los últimos cursos con jugadores como Aday Mara cobrando importantes sumas por marcharse a la NCAA.
Pues bien, ahora la misma jueza ha ido un paso más allá al tomar una resolución histórica que permitirá a los equipos universitarios pagar un sueldo directamente a sus jugadores. Este paso, por lo tanto, supone que los jóvenes que compitan en la NCAA dejen de ser considerados amateur y puedan dedicarse profesionalmente a practicar el deporte al igual que sucede en los clubes europeos.
La gran diferencia es que en Estados Unidos, donde la liga universitaria cuenta con audiencias millonarias, podrán cobrar sueldos mucho más altos que en Europa y disputar minutos que difícilmente pueden garantizar los equipos de la Euroliga a jugadores tan jóvenes.
Concretamente, cada equipo de la NCAA tendrá de inicio un límite salarial de 20,5 millones de dólares, cifra muy superior, por ejemplo, al presupuesto total del Baskonia y que irá creciendo con los años. Además, los jugadores podrán seguir cobrando aparte de los patrocinadores como venían haciendo hasta ahora.
El establecimiento de cláusulas por traspasos que pretende la FIBA se antoja como uno de los pocos recursos que les quedan a los clubes europeos para evitar que sus canteras se desangren.