Un día como hoy hace exactamente diez años, Tadas Sedekerskis (Nida, 1998) saltó a la cancha del Buesa Arena vestido con la camiseta del Baskonia por primera vez en su carrera en un partido oficial. Lo hizo en un duelo de la ACB contra el Joventut de Badalona, gracias a la confianza del técnico gasteiztarra Ibon Navarro, que creyó que era el momento de hacer debutar a la joven promesa de 17 años que llevaba desde los 15, en 2013, viviendo y formándose en Vitoria.

Sedekerskis disputó en aquella victoria (87-68) del 15 de marzo de 2015 cinco minutos y sólo manchó su hoja estadística con un triple errado, pero eso fue lo de menos, ya que más adelante tendría muchas más oportunidades de sumar puntos.

Diez años después de aquel momento que difícilmente podrá olvidar, el alero lituano se ha convertido en el gran estandarte del Baskonia actual. Un capitán ideal, que representa el trabajo de cantera del club y sus valores, siente los colores azulgranas como un vitoriano más y puede presumir de haberse consolidado entre los mejores aleros de Europa.

No extraña, por lo tanto, que el club pusiera toda la carne en el asador con él hace un año al extenderle una jugosa renovación por cinco temporadas hasta 2029, el contrato más largo de la plantilla actualmente. El deseo de Sedekerskis de seguir en la ciudad que le ha visto crecer hizo el resto. Eso sí, el camino hasta convertirse en la piedra angular del proyecto azulgrana y, como acertadamente le denominan en las retransmisiones de Movistar, “el yerno universal”, no ha sido fácil.

Un camino lleno de piedras

Tadas llegó a Vitoria-Gasteiz en 2013, en edad de cadete, como una de las mayores promesas del baloncesto europeo. En las categorías inferiores destacó siempre por ser un prolífico anotador y, de hecho, fue el máximo realizador del Eurobasket sub-16 que se disputó el verano siguiente a su llegada al Baskonia.

En el curso 2014-15 llegó al baloncesto profesional de la mano del Araberri de LEB Plata, donde se fue curtiendo hasta debutar en ACB ese mismo curso de la mano de Ibon Navarro en el mencionado duelo con el Jovenut.

Al ver que la LEB Plata se le quedaba ya pequeña, se marchó cedido al Huesca de LEB Oro en la temporada 2015-16, paso previo a dar el salto al primer equipo en el verano de 2016 tras extender su contrato hasta 2022, señal de las grandes expectativas que el club tenía depositadas en él.

Sin embargo, cuando llegó al primer equipo, su progresión se estancó y no logró tirar la puerta abajo. Sito Alonso confió en él y le dio minutos con regularidad. De hecho, fue el técnico madrileño el que le hizo debutar en la Euroliga en un encuentro en cancha del Real Madrid en el que el Baskonia se impuso por 87-91 con 5 puntos de Sedekerskis en 12 minutos de juego.

Sedekerskis, con el 'nueve', celebrar uno de los triples ganadores de Blazic en su debut en la Euroliga. Getty Images

Pese a ello, no consiguió establecerse en la rotación, no se vieron esas dotes anotadoras ni la confianza mostradas en categorías inferiores y el Baskonia optó por volverlo a ceder en el verano de 2017 en busca de un lugar en el que pudiera tener mayor peso ofensivo en el equipo y ganar confianza.

De esta manera, llegó al San Pablo Burgos, aunque su flojo rendimiento allí en los ocho encuentros de ACB que disputó hizo que terminara la temporada en Lituania, cedido en el Nevezis. Allí sí que tuvo un papel más destacado con 9,6 puntos por choque y se ganó otra oportunidad con el primer equipo en el curso 2018-19, pero una lesión lumbar en el comienzo de la campaña le lastró y tras su regreso apenas disputó diez compromisos bajo las órdenes de Velimir Perasovic.

Idilio con Dusko

Volvió a salir cedido en 2019 a Lituania, esta vez al Neptunas, y fue la definitiva. La campaña se paró antes de tiempo por la pandemia y en su reanudación se puso por primera vez a las órdenes de Dusko Ivanovic, con quien alzó su hasta ahora único título como baskonista en la burbuja de Valencia, donde disputó un partido de la fase de grupos.

El gran salto de Sedekerskis llegó de la mano de Dusko Ivanovic, uno de sus principales valedores. Josu Chavarri

El encuentro con el técnico montenegrino marcó un antes y un después en su carrera deportiva. Tras un cambio físico impresionante con una gran ganancia de masa muscular en el verano posterior a la burbuja, Sedekerskis entendió que, con trabajo y esfuerzo defensivo, tendría regularidad con Dusko y se ganó su plena confianza gracias a esa transformación. 

La temporada 2020-21 fue la de su asentamiento definitivo en el primer equipo como fiel soldado de Ivanovic y en el comienzo de la 2021-22 llevó su juego un paso más allá. Se convirtió en indiscutible para el técnico, con minutajes por encima de los 30 minutos y algunas de sus mejores actuaciones como los 22 puntos y 11 rebotes de la victoria ante Unicaja en noviembre de 2021, cuando Dusko jugó la segunda parte con seis jugadores y dijo su célebre frase “si mueres, mueres con la gente en la que crees”.

Spahija relegó a Sedekerskis al fondo del banquillo después de haber alcanzado un alto nivel en el inicio del curso 2021-22. Josu Chavarri

Por desgracia para Tadas, el montenegrino terminó destituido y llegó posiblemente el momento más difícil de su carrera, como él ha reconocido en varias ocasiones. Tras alcanzar su pico de rendimiento, Neven Spahija lo desplazó al fondo del banquillo y pasó al ostracismo, cortando en seco su progresión de forma inexplicable.

Eso, en cualquier caso, no lo hundió y salió reforzado cuando el curso siguiente volvió a ser importante con Peñarroya, mostrando una mentalidad de hierro. Nadie volvió a cuestionar su jerarquía y en el verano de 2023 se convirtió en capitán.

Sedekerskis, durante la rueda de prensa posterior a su renovación hasta 2029. Jorge Muñoz

Fue de nuevo clave en la cuarta etapa de Ivanovic en el banquillo y Laso ha mantenido la plena confianza en un jugador talentoso, generoso en los esfuerzos, polivalente en ambos lados de la cancha y con un marcado Carácter Baskonia. No es para menos diez años después de su debut. Y los que quedan.