El Baskonia sumó ante un rival directo como el Gran Canaria una victoria de enorme valor que le mete de lleno en la pelea por el play off. Con una rotación corta y mucha seriedad defensiva, el cuadro alavés logró reponerse tras el descanso a una esperpéntica primera mitad en la que llegó a perder por 17 puntos y llevarse un triunfo que no llegó con el doble premio del basket average por un error propio.
Al no recuperar a Baldwin a tiempo, Laso repitió su quinteto inicial formado por Forrest, Luwawu-Cabarrot, Sedekerskis, Moneke y Diop, que le dio un buen rendimiento en el arranque al comenzar el partido con un parcial de 7-0. El cuadro gasteiztarra aprovechó los groseros errores de su rival durante esos primeros compases y logró poner tierra de por medio, pero inexplicablemente se contagió de la fragilidad mostrada por su rival y las tornas cambiaron.
A partir del 9-5 obra de Sedekerskis y con la entrada de los hombres de la segunda unidad de ambos conjuntos, el Baskonia comenzó a acumular pérdida tras pérdida por no cuidar del balón, mientas que los de Lakovic reaccionaron con la irrupción en el partido de Conditt, Thomasson y un enérgico Salvó. De esta manera, llegó un parcial de 2-14 en tres minutos con la que los visitantes lograron una renta de 11-19 ante la incredulidad de la grada al presenciar otra de las ya rutinarias desconexiones azulgranas.
Rogkavopoulos cortó el parcial con un triple al cierre del primer cuarto, pero las malas sensaciones y las lagunas en el juego azulgrana se mantuvieron. El choque se convirtió en un duelo entre Howard, haciendo la guerra por su cuenta sin acierto, y un Gran Canaria más coral que, pese a no contar con acierto desde fuera, fue ampliando su ventaja posesión a posesión.
Laso introdujo ajustes y probó a Samanic como pívot, pero nada de lo que intentó le dio resultado. Tras un triple surrealista de Conditt sobre la bocina y otro de Pelos, los hombres de Lakovic lograron una renta máxima de 24-41 a falta de dos minutos para el final del segundo cuarto, algo que colmó la paciencia de Laso. El técnico local prescindió de Forrest y Jaramaz, sus dos bases disponibles, y colocó a Cabarrot como director de juego junto a Howard, Tadas, Moneke y Samanic. El movimiento permitió al menos reducir diferencias al descanso, pero la diferencia de 32-44 era igualmente preocupante.
Vuelta de tuerca en defensa
Tras el paso por los vestuarios, el Baskonia, con el mismo quinteto que en el inicio del choque, volvió al choque más centrado y con Forrest asumiendo galones en ataque, algo que le permitió ir reduciendo la diferencia progresivamente. Con seriedad defensiva y compartiendo el balón en ataque, sin florituras, se acercó a un Gran Canaria que resistió durante un tiempo con las acciones individuales de Brussino y Thomasson, que en cualquier caso no fueron suficientes para evitar que, impulsados por la entrada de Hall y Howard, los locales lograran colocarse a un punto con el 54-55 tras cinco puntos de Howard (min. 28). Forrest completó la remontada con un triple, aunque fue el Gran Canaria el que llegó al cuarto decisivo por delante por un ajustado 59-60, mal menor teniendo en cuenta cómo pintaba el partido al descanso.
Todo se decidió, por lo tanto, en los últimos diez minutos, en los que Laso mantuvo la reducida rotación de siete jugadores utilizada en el tercer cuarto sin la participación de Samanic, Rogkavopoulos ni Jaramaz. La igualdad fue máxima, y la tensión también.
Cuando Forrest se sentó con 64-64 a 7:40 del final, Cabarrot volvió a ejercer como base y, tras el 64-67 obra de Brussino, Howard respondió con dos triples espectaculares, forzó una falta ofensiva de Thomasson y Cabarrot colocó el 72-67 en el marcador. Albicy y Salvó intentaron mantener vivos a los visitantes, pero la defensa gasteiztarra fue sobresaliente y cuando Forrest volvió a cancha a 4 minutos del final los vitorianos seguían por delante (75-71).
El base norteamericano le dio pausa al juego, las buenas defensas frenaron en seco la producción ofensiva del Gran Canaria y Luwawu-Cabarrot fue quien se encargó de decidir el partido asumiendo galones y con su calidad individual. Su triple a 2:13 del final firmó la sentencia de muerte del Gran Canaria con el 80-73 y con el 82-73 ya se empezó a pelear por el average, de +6 para los visitantes, pero en esa pelea llegó un regalo inexplicable de Forrest a Brussino en un saque de fondo que terminó con esa posibilidad. En cualquier caso, se logró lo fundamental, que era la victoria.