Difícil que una derrota pueda doler más, aunque no es la primera vez que este Baskonia se va de manos vacías tras una gran actuación por no saber cerrar un partido. El conjunto azulgrana lo hizo casi todo bien en su visita al Real Madrid. Cuidó bien del balón, superó a su rival en energía peleando el rebote ofensivo, manejó el ritmo del choque y mostró una mentalidad de hierro respondiendo a los fogonazos locales. Todo ello para errar tres tiros libres de cuatro en el epílogo y permitir dos triples ganadores de Hezonja en 27 segundos.
Pablo Laso, ante la baja de última hora de Luwawu-Cabarrot a causa de una indisposición, introdujo a Raieste en el quinteto titular junto a los habituales Forrest, Baldwin, Moneke y Diop, fórmula con la que logró mantenerle el pulso al Real Madrid en los primeros minutos. Campazzo, Musa y Tavares tiraron de los locales en el arranque, llegando a amenazar con marcharse en el marcador con el 10-4.
Sin embargo, los alaveses reaccionaron pronto con un triple de Raieste y una canasta tras robo de un Forrest muy protagonista en el primer cuarto con 7 puntos y 1 asistencia. A partir de ahí, ambos conjuntos fueron intercambiándose golpes a un alto ritmo anotador, que cayó hacia el final del parcial cuando los titulares del Real Madrid y Markus Howard, con dos faltas, se sentaron en el banquillo.
El comienzo del segundo cuarto, al que se llegó con un 22-21 en el marcador, tuvo acento croata, ya que Hezonja y Samanic, emparejados en ambos lados de la cancha monopolizaron las acciones ofensivas de sus equipos y protagonizaron un bonito duelo que el madridista decantó a su favor con su mayor acierto exterior (31-26). Cuando se les acabó la pólvora, Garuba tomó el relevo con sus cortes a canasta y el Baskonia, cuidando bien del balón –sólo una pérdida en la primera parte– y sacando partido del rebote ofensivo y las penetraciones de Moneke y Forrest, logró devolver las tablas al marcador con el 35-35.
La irrupción de Rogkavopoulos con dos acciones de tres puntos consecutivas impulsó a los alaveses para lograr marcharse al descanso con una ventaja de 42-45, que podía haber sido mayor si el propio alero griego no hubiera perdonado un mate y un triple en la esquina sin oposición.
En el comienzo de la segunda parte, el Real Madrid, algo contemplativo en la primera mitad, apretó los dientes y de nuevo comandado por el talento de Hezonja y la dirección de Campazzo en ataque, intentó romper el partido, pero el Baskonia no se lo permitió. Forrest, Rogkavopoulos y Moneke, los más destacados de la primera mitad, siguieron haciendo daño en ataque y sobre todo aportando energía en el rebote ofensivo para conseguir constantes segundas oportunidades que hicieron mucho daño al Madrid.
La última jugada del tercer cuarto fue el mejor ejemplo de ello, con Rogkavopoulos recogiendo un rebote ofensivo de Moneke, fallando bajo el aro y volviendo a saltar en un segundo esfuerzo adelantándose a Tavares para colocar el 64-67 con el que se llegó al parcial decisivo.
Un último cuarto loco
Los locales, que habían ido racionando los minutos de sus primeras espadas durante todo el choque, empezaron el último cuarto como un torbellino, encadenando un parcial de 7-0 con el que volvió a tomar el mando del choque, pero una vez más los alaveses no se dejaron intimidar y siguieron trabajando duro. Los de Chus Mateo llegaron a manejar una renta de 74-69, pero Laso respondió bien desde el banquillo colocando a Samanic como pívot por primera vez en el choque para alejar la rocosa pareja Tavares-Garuba de la zona.
Funcionó por un tiempo el ajuste y los azulgranas retomaron el mando con un espectacular mate del interior croata y la enésima penetración de Forrest (74-75), pero acto y seguido llegó un parcial de 10-0 del Real Madrid con algunas más que cuestionables decisiones arbitrales y una técnica a Laso por sus protestas. El 84-75 fue la máxima diferencia del choque, pero los vitorianos no estaban por la labor de tirar la toalla.
Mostrando una fe inquebrantable personificada en un infatigable Rogkavopoulos, el Baskonia, con cinco puntos del griego, cuatro de Moneke, dos de Forrest y dos de Samanic, respondió con un espectacular parcial de 0-13 con el que se colocó con una renta de 84-88 a un minuto del final. Lo tenía en su mano, pero otro fatídico final lo tiró todo por la borda. Samanic pudo sentenciar, su tiro se quedó corto y Hezonja dio vida al Madrid con un triple que ponía el 87-88 a 27 segundos del final.
Baldwin acudió a la personal, falló sus dos tiros libres y Samanic lo salvó cogiendo el rebote. Claro que el croata tampoco acertó y falló uno de ellos. Con pocos segundos en el reloj y 87-89 en el marcador, Hezonja, a quien no le tiembla la mano, se apuntó sobre la bocina una letal puñalada en forma de triple tras dejar tirado a Moneke con un paso lateral.