El Baskonia sufrió en casa de la Virtus Bolonia otra dolorosa derrota europea que provoca que siga perdiendo comba con los puestos que dan acceso al play in. Al igual que lo sucedido en el Buesa, la moneda cayó del lado de los italianos en un final agónico después de un partido irregular en el que fueron los secundarios de ambos equipos quienes tiraron del carro.

Pablo Laso, que no pudo contar con tres figuras fundamentales como Kamar Baldwin, ausente por motivos personales, y los lesionados Howard y Sedekerskis, alineó de inicio a Forrest, Luwawu-Cabarrot, Raieste, Moneke y Hall, un quinteto que estuvo bien plantado en defensa en los primeros minutos, aunque le costó anotar. Algo similar le ocurrió al cuadro de Dusko Ivanovic, huérfano de sus dos principales estrellas como son Tornike Shengelia y Will Clyburn.

Las canastas en el primer cuarto llegaron principalmente por medio de las penetraciones y cortes a canasta, especialmente por parte del conjunto local, incapaz de anotar un triple en este periodo. Sí que estuvo más atinado el Baskonia con Moneke y Jaramaz, algo que, junto a los viajes a la personal de Luwawu-Cabarrot y de un de nuevo incisivo Samanic, permitió a los alaveses construir una ventaja de 14-20 en unos diez minutos iniciales de poca anotación.

Mayor fluidez tuvo el comienzo del segundo cuarto, en el que el Baskonia intentó marcharse en el marcador apoyándose en el rebote ofensivo de Hall y la muñeca de Rogkavopoulos desde el perímetro, pero apareció Polonara para evitarlo y de paso romper la sequía local desde el triple.

El exazulgrana, con mucho protagonismo por la ausencia de Shengelia, se echó a la espalda el peso ofensivo de su equipo con diez puntos en el segundo parcial y, después de que el Baskonia acariciara en varias ocasiones la renta de dobles dígitos, la Virtus apretó al filo del descanso para recortar diferencias. Los triples de Polonara abrieron la cancha, Grazulis y Pajola se le sumaron en anotación y los de Ivanovic se colocaron a un sólo punto (37-38).

De nuevo a remolque

El paso por vestuarios no sentó bien el Baskonia, que regresó al partido falto de tensión y sin claridad de ideas. Las pérdidas y las espesas posesiones dirigidas por Forrest dieron oxígeno a la Virtus, que con transiciones rápidas encontró a Matt Morgan. El exterior estadounidense se conectó al partido tras el descanso y con siete puntos seguidos en minuto y medio obligó a Laso a parar el choque con el 44-38. El tiempo muerto, en cualquier caso, no cambió las cosas.

La mayor energía de la Virtus, personificada en un Pajola omnipresente y muy generoso en sus esfuerzos, sobrepasó al Baskonia, que sólo sumó una canasta en un gancho forzado de Hall durante el demoledor parcial de 20-2 con el que los italianos cambiaron por completo el partido y construyeron una ventaja de 55-40. Con los alaveses a merced del conjunto de Ivanovic, llegó una acción de tres más uno de Rogkavopoulos en una jugada aislada que despertó al equipo. Incluso Forrest se metió en el partido con dos buenas acciones empujando en transición, que junto a un triple sobre la bocina de Rogkavopoulos permitieron minimizar daños y llegar al cuarto decisivo a una distancia aún salvable (59-54). 

En la reanudación, Samanic, atacando en el poste la falta de centímetros por dentro de la Virtus, le dio continuidad a la reacción azulgrana y Luwawu-Cabarrot consumó la remontada con un triple y un palmeo (62-63), todo ello sin desprestigiar el impagable trabajo de Jaramaz, que anuló a los exteriores locales con sus robos y estuvo más acertado que Forrest ante la baja de Baldwin.

A partir de ahí, ambos conjuntos se fueron intercambiando golpes hasta que en una más que cuestionable decisión arbitral al señalar antideportiva de Luwawu-Cabarrot sobre Morgan, la Virtus completó una acción de cinco puntos que hizo mucho daño a los alaveses al pasar del 66-67 al 71-67. Lo siguió intentando en cualquier caso el Baskonia mientras Cordinier mantenía la renta local con canastas de enorme talento.

Parecía que la victoria se escapaba, pero una antideportiva sobre Hall hizo que los vitorianos llegaran con vida al epílogo. En la última acción, con 76-74, Forrest recibió una falta a 2,5 segundos del final, erró su primer tiro libre y el segundo no tocó el aro. Los árbitros, muy perdidos, señalaron salto entre dos por una infracción de la Virtus al entrar al rebote, el balón le cayó a Rogkavopoulos, pero falló el triple sobre la bocina.