Las sensibles bajas de Baldwin, Howard y Sedekerskis dejaban ayer bajo mínimos la cuerda exterior del Baskonia y a Pablo Laso no le quedó otro remedio que dar confianza ante la Virtus Bolonia a un jugador bajo sospecha desde el arranque de la temporada cuya ficha ha sido desactivada recientemente en la ACB tras la llegada de Luka Samanic.
Pues bien, al margen de otra excelsa actuación del interior croata llegado de la Cibona –autor de 16 puntos y 8 rebotes en poco más de 20 minutos– Ognjen Jaramaz se convirtió en la solitaria noticia positiva que dejó otra derrota del Baskonia en el Virtus Segafredo Arena que compromete al máximo las esperanzas de alcanzar el play in de la Euroliga.
El base-escolta serbio no solo brilló a nivel estadístico con 8 puntos, 5 asistencias y 4 recuperaciones, sino que dejó buenas sensaciones en cuanto a trabajo sucio sobre la pista italiana y otras facetas que no se aprecian en la estadística.
Tanto cuando actuó como base como cuando hizo las funciones de escolta, Jaramaz opuso un deseo encomiable para dar varias vidas extras a un Baskonia que tan solo hincó la rodilla sobre la bocina tras el triple errado por Rogkavopoulos.
Laso apostó por él casi por obligación ante el cúmulo de ausencias en el perímetro, pero esta vez se encontró a un jugador comprometido con la causa azulgrana y dispuesto a bajar el barro.
El balcánico se vació en defensa y anotó canastas muy valiosas que reanimaron a un Baskonia desconcertante a la vuelta de los vestuarios. Porque tras retirarse al intermedio con una mínima ventaja en el electrónico (37-38), el calamitoso arranque del tercer cuarto convirtió la búsqueda de la victoria en tierras transalpinas en prácticamente una quimera.
El serbio, notable en ambos aros
Laso prescindió de un desesperante Forrest para dar la manija al, en condiciones normales, tercer base del equipo. Entonces se notó para bien la entrada de Jaramaz. Primero porque secó por completo a Morgan, el jugador que estaba acribillando al Baskonia, y a renglón seguido porque se mostró bullicioso atrás y dinámico adelante para prender la mecha de la reacción en las filas alavesas. Finalmente permaneció en pista casi 21 minutos, prueba de que Laso acabó muy satisfecho con sus prestaciones.
Lástima que el intento del serbio de ponerse la capa de héroe no le sirviese de mucho a un Baskonia que acabó ahogado en la orilla tras un partido loco y presidido por las múltiples idas y venidas de ambos equipos. El conjunto vitoriano, lastrado por un parcial de 18-2 al inicio del tercer cuarto, dejó escapar otra victoria de la que se puede acordar más adelante si se concreta finalmente su adiós a la Euroliga antes de las eliminatorias del play in.
No solo Forrest volvió a naufragar al frente del timón y quedó una vez más señalado tras los dos tiros libres errados en el epílogo que hubiesen posibilitado una prórroga, sino que se echó de menos una mayor aportación de Luwawu-Cabarrot y, sobre todo, Moneke. El nigeriano estuvo desaparecido en combate y tuvo que ser Samanic quien volviera a tirar del carro en ataque gracias a un repertorio fantástico. En este elegante ala-pívot croata ha encontrado el Baskonia un auténtico tesoro.