El nuevo Baskonia de Pablo Laso, ya de regreso en Vitoria tras su stage en Málaga, vivió esta mañana su particular Media Day de la Euroliga, en el que quedó plasmado el buen ambiente que se ha generado en estas primeras semanas de pretemporada con la plantilla al completo, con bromas entre compañeros y los jóvenes canteranos como Joseba Querejeta, Limamoulaye Faye, Pavel Savkov, Ousmane Ndiaye y Vit Hrabar muy implicados.

Sin embargo, la receta para el éxito requiere más ingredientes que una buena relación entre jugadores, y la abultada derrota sufrida contra el Unicaja el pasado sábado por 102-69 dejó en evidencia que Pablo Laso aún tiene mucho trabajo por delante para conseguir que las piezas con las que cuenta este curso encajen.

Es cierto que los partidos de pretemporada no son más que un laboratorio para los entrenadores y que no sirven para obtener conclusiones definitivas, aunque en los duelos ante el Mónaco y el Unicaja, los únicos televisados hasta el momento tras la derrota contra el Tenerife y la victoria ante el Granada a puerta cerrada, sí que se pudieron atisbar las primeras pinceladas de este Baskonia.

En el encuentro contra el Mónaco se vio a un equipo muy intenso y agresivo en defensa, que se impuso a su rival sumando mayor energía y con destellos de calidad de algunas de las caras nuevas como Hall, Ndiaye y sobre todo Kamar Baldwin y Timothe Luwawu-Cabarrot. Eso sí, los monegascos jugaron sin algunas piezas importantes como su estrella Mike James y con la fatiga acumulada de haber competido el día anterior ante el Unicaja.

Misma excusa podría poner el Baskonia para su derrota el sábado en el Martín Carpena, ya que contó con un día menos para preparar el partido que el conjunto cajista, aunque la diferencia de 33 tantos no se explica únicamente con el cansancio.

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En imágenes: Las primeras fotos de la nueva plantilla del Baskonia al completo Alex Larretxi

Asimilando sistemas

La principal diferencia que quedó patente sobre la cancha fue la excelente química y comunicación entre los jugadores locales en contraste con un Baskonia que aún debe adaptarse a un nuevo técnico como es Pablo Laso y a las siete caras nuevas que hay en la primera plantilla esta temporada. El cuadro andaluz, que lleva con Ibon Navarro al frente del banquillo dos años y medio y que mantiene a once de sus jugadores del curso pasado en nómina, dio la sensación de jugar de memoria, de tener claro qué era lo que había que hacer en cada momento y ejecutó los sistemas indicados por su técnico a la perfección tanto en ataque como en defensa.

Su éxito las dos últimas campañas no es casualidad y es a esa claridad de ideas y armonía en el juego a lo que debe aspirar un Baskonia que apenas lleva unas semanas entrenando junto y que debe conseguir generar esa química entre sus jugadores. Una vez logrado ese objetivo, para lo que será necesario tiempo y rodaje, será más fácil solucionar algunas de las carencias que evidenció sobre el parqué.

Una de las más significativas fue la dificultad para cerrar el rebote defensivo y defender la pintura, problema heredado de la temporada anterior y que el poderío físico de jugadores como Hall y Diop deberían ayudar a solventar.

Hall dio muestras de sus cualidades con cuatro rebotes ofensivos y un espectacular tapón ante el Unicaja, pero ello no fue suficiente para sellar las grietas defensivas. La falta de comunicación y los despistes atrás facilitaron varias bandejas y triples liberados a los malagueños mientras los jugadores visitantes discutían sobre quién era el responsable de realizar la ayuda y Laso, más comprensivo con los errores en el tiro que con los desajustes defensivos, se desgañitaba en la banda. Tampoco ayudó la falta de acierto en el lanzamiento exterior. Los guarismos deberían mejorar con el paso de las semanas, pero es necesario que algunos jugadores den un paso al frente en este aspecto tras la marcha de Costello y Marinkovic.

Las tres semanas de pretemporada que tiene el equipo por delante antes del arranque de los partidos oficiales el próximo 29 de septiembre contra el Tenerife serán fundamentales para que Laso consiga corregir estos errores, los jugadores se conozcan y las piezas del puzle encajen. Una vez arranque la competición, el tiempo para trabajar estos aspectos y entrenar será escaso con el habitual maratón de partidos al que se enfrenta el club cada temporada.