El Baskonia, tras la reciente incorporación de Trent Forrest, volverá a contar esta temporada con una pareja de bases procedente de Estados Unidos con él y Kamar Baldwin, una fórmula que se está convirtiendo en una constante en las últimas temporadas tanto por el buen resultado que está dando el mercado americano de directores de juego para el conjunto azulgrana como por la elevada cotización de los bases europeos de primer nivel.

La trasvase de directores de juego al Baskonia desde América no se ha detenido desde el año 2014 con la llegada de los estadounidenses Darius Adams y Mike James. Los dos formaron una pareja letal en la cuerda exterior que hizo las delicias de la afición azulgrana durante temporada y media, dejando un recuerdo imborrable en el Buesa Arena. Al primero de ellos su paso por Vitoria le valió para aterrizar en la liga china con un contrato millonario, mientras que el segundo se convirtió en el máximo anotador de la historia de la Euroliga y aún sigue siendo uno de los mejores bases de la competición.

Desde entonces, no han dejado de llegar a la entidad de Zurbano unos procedentes de Estados Unidos, con mayor o menor éxito en su paso por el Buesa Arena. Es el caso de Shane Larkin, Semaj Christon, Pierria Henry, Wade Baldwin, Lamar Peters, Darius Thompson, Max Heidegger, Codi Miller-McIntyre, Chris Chiozza, Jordan Theodore y en última instancia Trent Forrest y Kamar Baldwin. Varios de ellos llegaron con pasaporte comunitario para poder gestionar las limitación de dos extracomunitarios en la ACB y convendría añadir a la lista también a Nico Mannion, con doble nacionalidad italiana y estadounidense.

Tampoco han faltado los bases procedentes de Sudamérica, un mercado en el que siempre se ha manejado bien la secretaría técnica encabezada por Alfredo Salazar. Nico Laprovittola, Marcelinho Huertas, Luca Vildoza o Jayson Granger, curiosamente todos ellos con pasaporte italiano, son buen ejemplo de ello.

Sudamérica siempre ha dado bases de buen nivel al Baskonia, como Huertas y Granger. Alex Larretxi

Los bases europeos baskonistas, por su parte, se encuentran en minoría en los últimos diez años y, aunque sí que hay algunos casos, ninguno de ellos ha tenido realmente peso en la rotación y han ejercido más bien como recambios de circunstancias o segundas espadas. Entre ellos están los españoles Sergi García y Quino Colom o el canterano azulgrana Arturs Kurucs, de Letonia.

El lejano caso de Heurtel

Para encontrar al último base europeo que haya asumido un papel importante en el Baskonia hay que remontarse diez años atrás hasta la temporada 2014-15, la última de las cuatro que disputó Thomas Heurtel en Vitoria-Gasteiz antes de marcharse en diciembre de 2014 rumbo al Efes con un buen contrato gracias a su rendimiento ofrecido en el Buesa. Su posterior paso por el Barcelona y el Real Madrid pese a algunos problemas disciplinarios demuestra lo cotizados que están los directores de juego europeos en la Euroliga.

No cabe duda de que al Baskonia le gustaría contar con bases del nivel de Kamar Baldwin y Trent Forrest nacidos en Europa para evitar dificultades con los pasaportes en la ACB y asegurarse una adaptación rápida a la competición, pero las alternativas que ofrece el mercado son escasas y muy caras.

Nick Calathes, Kostas Sloukas, Milos Teodosic, Maodo Lo, Nenad Dimitrijevic, Tomas Satoransky, Juan Nuñez, Rokas Jokubaitis, Daniel Hackett y Lukas Lekavicius son algunos de los pocos bases de la Euroliga que pueden presumir de haber nacido en el continente en el que se desarrolla la competición y la mayoría de ellos cuenta con una ficha fuera de las posibilidades económicas del Baskonia.

Eso sí, el club gasteiztarra no es el único con dificultades para encontrar directores de juego comunitarios, problema que llega incluso a la selección española, obligada a nacionalizar a otro norteamericano como Lorenzo Brown hace dos años para poder contar con un base de primer nivel en sus filas que permita competir por llegar lejos en los torneos internacionales. La inagotable fábrica estadounidense sigue siendo una garantía en el mercado europeo.