El Baskonia arrancó el pasado domingo su temporada con una meritoria victoria y sensaciones positivas en cancha de un rival siempre combativo como es el Río Breogán. El conjunto gasteiztarra, con un excepcional Howard y una buena actuación coral, pudo apuntarse con cierta comodidad el triunfo en la jornada inaugural de la ACB, aunque eso no evitó que salieran a la luz algunos problemas propios del momento en el que se encuentra la temporada.

La nota discordante del estreno liguero fue Nico Mannion, que completó una actuación muy discreta y en ningún caso se acercó al rendimiento que se espera del que sobre el papel debería ser el principal base azulgrana esta temporada. El director de juego estadounidense nacido en Italia, uno de los fichajes con más lustre del verano para la entidad gasteiztarra, estuvo perdido en su estreno oficial con la camiseta azulgrana y dejó muchas dudas sobre lo que puede aportar al equipo esta campaña.

Ante un rival teóricamente inferior al Baskonia como es el Río Breogán, Mannion sufrió ante la defensa del exbaskonista Sergi García, que pasó sin pena ni gloria por Vitoria-Gasteiz en la campaña 2019-20 y el domingo le ganó la partida al hombre llamado a hacer olvidar a Darius Thompson. El base de Siena comenzó el encuentro en el banquillo, algo sintomático de que de momento Joan Peñarroya ve en Codi Miller-McIntyre una opción más fiable para la dirección de juego. Con él en cancha el equipo cuajó un buen arranque de partido y estableció su primera ventaja de dobles dígitos con el 11-22, momento que el técnico catalán aprovechó para introducir a Mannion.

En cuestión de dos minutos y medio, el joven base italiano falló un triple y perdió dos balones, el ataque azulgrana se volvió caótico y el Breogán lo aprovechó para encadenar un parcial de 8-0 y volver a meterse en el partido, algo que provocó que un enfurecido Peñarroya devolviera a Miller-McIntyre a la cancha para restablecer el orden y no terminar el primer cuarto por detrás en el marcador. Tras una reprimenda y algunas instrucciones a Mannion para corregir errores, el técnico catalán le dio una segunda oportunidad en el arranque del segundo cuarto, pero esta vez su intervención duró solo 30 segundos al perder dos balones absurdos, uno de ellos en un saque de banda. Sin apenas descanso, Miller-McIntyre se vio obligado a regresar al parqué mientras Peñarroya se desgañitaba en el banquillo.

Tras esos fatídicos tres primeros minutos, Mannion recobró la calma, apostó por no arriesgar y tomar decisiones sencillas y terminó con unas sensaciones algo mejores, lo cual no evitó que sus estadísticas fueran terroríficas: 2 puntos, 1 asistencia y 1 rebote con un 0/4 en tiros de campo, 5 pérdidas y -5 créditos de valoración, el único baskonista con valoración negativa.

Margen de mejora

Si Mannion llegó al Baskonia con el objetivo de reivindicarse tras una campaña en la que apenas contó con protagonismo en la Virtus Bolonia, de momento no va por el camino adecuado y deberá trabajar duro para recuperar el fantástico nivel mostrado en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021 con Italia, con 12,5 puntos y 4,5 asistencias de media. El curso pasado solo pudo disputar 19 partidos con la Virtus en la Euroliga en los que promedió 5,9 puntos y 2,6 asistencias por choque, números que en las oficinas del Buesa Arena esperan que pueda mejorar este curso en el que debería tener más peso en la rotación del que tuvo con Scariolo.

Para ello, deberá trabajar codo con codo con Joan Peñarroya, a quien ya le ha provocado varios enfados. La bronca de la visita a Lugo, de hecho, no fue la primera que recibió el italiano, ya que unos días antes, en el Araba Saria contra el Derthona italiano, también fue sustituido de forma abrupta tras una serie de errores que sacaron de sus casillas al preparador de Terrassa. Se vivió un momento de tensión en el banquillo, con Mannion pidiendo explicaciones al técnico, y Costello tuvo que acercarse al base para calmar los ánimos y evitar que la sangre llegara al río.

Es evidente que el director de juego italiano tiene talento y cualidades de sobra para triunfar en Europa y pese a tener solo 22 años ya tiene un currículo notable con experiencia en la NBA y en la Euroliga. Su debut, eso sí, no ha sido esperanzador y deberá apretar los dientes en los próximos compromisos, empezando por la visita al UCAM el miércoles.