Según se acerca el final de la temporada, llega también el momento de que los clubes y los jugadores comiencen a planificar la próxima campaña y se empiecen a tomar decisiones importantes con la mirada puesta en el verano. En ese sentido, siempre hay algunas resoluciones que tienen mayor urgencia que otras y entre ellas sin duda está la de los jugadores que terminan contrato. En el caso del Baskonia, uno de los puntos críticos de la planificación de la plantilla es la continuidad o no de su capitán, Rokas Giedraitis, que termina contrato al final de este curso tras tres temporadas completas en Vitoria-Gasteiz.

En situaciones como esta siempre se suele producir un tira y afloja entre el club y el jugador, que buscan el desenlace que más favorezca a sus intereses. Pues bien, si a principio de temporada parecía ser el Baskonia el que tenía la sartén por el mango, ya que Giedraitis estaba completando su año más discreto desde su llegada al Buesa Arena, el lituano se ha hecho fuerte en los últimos meses, se ha revalorizado con sus recientes actuaciones y vuelve a estar en una buena posición para exigir tanto al club gasteiztarra como a otra entidad que pudiera interesarse por sus servicios un contrato jugoso a la altura de lo que estaba cobrando hasta el momento.

Cuando llega el momento de negociar nuevos emolumentos, no es extraño que el jugador implicado apriete los dientes sobre la cancha con la intención de obtener las mejores condiciones posibles y ese está siendo el caso del alero de 30 años, que si hace unos meses su continuidad o no en Vitoria generaba dudas ahora parece con cada partido que disputa su renovación se encarece para el Baskonia. No en vano, el lituano ha superado los 20 créditos de valoración en sus tres últimos encuentros contra el Breogán, el Gran Canaria y el Joventut, completando además en esta última cita su mejor partido de la temporada en la ACB y una de sus mejores actuaciones junto a los dos partidos contra el Efes en la Euroliga, con aquel memorable triple que dio la victoria en Estambul o los 18 rebotes de récord recogidos en el Buesa Arena.

Más que un tirador

La actuación que protagonizó el pasado jueves en el Olimpic de Badalona fue la mejor muestra del jugador en el que se ha convertido Giedraitis esta temporada. Ante la irrupción de nuevos referentes anotadores como Thompson, Howard o Hommes, que han absorbido una parte de los lanzamientos que el lituano asumía en campañas anteriores, Rokas se ha reinventado y transformado en un jugador capaz de aportar en otras facetas del juego como la defensa o el rebote.

Ante el Joventut, se quedó cerca de alcanzar las dobles figuras con nueve capturas, algo que sí que consiguió días antes contra el Gran Canaria con diez, el máximo de su carrera en ACB. Giedraitis ha compensado con su intensidad y su inteligencia a la hora de colocarse bajo el aro una de las principales carencias de los pívots azulgranas. De hecho, en la Euroliga fue el máximo reboteador del equipo con 5,9 capturas por encuentro, bastante por encima de Kotsar, segundo en esta estadística con 4,3. En la ACB sus números no son tan extraordinarios, pero también está en máximos de su carrera con un promedio de 3,7.

A ello hay que sumar su aportación defensiva. El alero de Taurage es uno de los defensores más consistentes del equipo, capaz de medirse a jugadores de distintas estaturas tanto en el puesto de dos como en el tres, como ya lo hizo ante el Joventut siendo la principal razón por la que Joel Parra no tuvo su mejor día.

Su energía, en cualquier caso, no parecía razón suficiente para mantenerlo en lo más alto de la escala salarial de la plantilla si no era capaz de anotar y amenazar desde el perímetro. Esta ha sido la peor temporada anotadora de Giedraitis en la Euroliga con 10,4 puntos de media y también en la que ha registrado sus peores porcentajes desde el perímetro, con un pobre 29% de acierto. Sin embargo, en las últimas semanas ha afinado su puntería y lleva cuatro jornadas consecutivas anotando 11 puntos o más en ACB, incluidos los 23 que registró contra el Joventut con un 4/7 en triples.

Si, como ha sucedido en las fechas recientes, Giedraitis suma a su mejoría defensiva y capacidad reboteadora un colmillo más afilado en ataque, el lituano se convierte en un jugador completísimo, que no abunda en la Euroliga y que, además, tiene el punto a favor de conocer a la perfección el club y estar totalmente adaptado a la ciudad. Todo puede ocurrir de aquí al verano.