Antes de jugarse el todo por el todo en la Euroliga ante el Alba Berlín (martes 28) y el Fenerbahce (viernes 31) en la que será, sin lugar a dudas, una de las semanas más importantes del año, al Baskonia le toca efectuar un ejercicio de abstracción. Pese a que la Euroliga acapara la atención de todo el mundo en este instante, no es cuestión de que la ACB se vea aparcada. Más teniendo en cuenta la posición de privilegio del conjunto vitoriano, colíder y el único que resiste el ritmo de los dos transatlánticos del basket español.

Además, llega un derbi propicio para curar las heridas abiertas en la sala Pionir y un visitante que siempre motiva a la parroquia azulgrana. El Baskonia retoma esta tarde (17.00 horas) el pulso a la Liga ACB con un duelo de rivalidad regional siempre picante. Cada vez que el Bilbao Basket aterriza en el Buesa Arena, el grado de excitación es siempre algo mayor. Dentro del equipo y también en la grada, donde los aficionados siempre suspiran por un triunfo, a poder ser incontestable, ante el vecino bilbaíno.

La clara hagemonía alavesa en los derbis a lo largo de las últimas temporadas apenas se ha visto discutida por el Bilbao Basket, cuya única victoria en Gasteiz data de hace 16 años y que derrotó por última vez al Baskonia en ACB en 2019. Pese al reciente disgusto vivido ante el Estrella Roja que compromete la clasificación para el Top 8, el Baskonia parte hoy de nuevo como favorito en un partido al que ambos conjuntos llegan con trayectorias diametralmente opuestas en la competición doméstica.

Mientras los hombres de Joan Peñarroya han sumado dieciocho victorias en los últimos veinte partidos y continúan optando al liderato de la fase regular, la trayectoria del Bilbao Basket refleja una línea descendente en su rendimiento. El equipo de Jaume Ponsarnau, privado desde la pretemporada de su mejor exponente a nivel ofensivo como Andrew Goudelock debido a una grave lesión de rodilla, apenas totaliza tres triunfos en las últimas once jornadas. Una pérdida de punch que le ha descabalgado, ya casi de manera definitiva, de la pelea por el play off liguero.

El Baskonia, eso sí, vuelve a afrontar el choque con la rotación bastante diezmada. Tadas Sedekerskis se mantiene en la enfermería y Dani Díez cumplirá su segundo y último encuentro de sanción tras la descalificante ante el Granada, por lo que volverá a ser imprescindible un paso al frente de secundarios como Heidegger, Kurucs, Raieste o el propio Enoch.

Todos ellos, por cierto, ya respondieron la semana pasada a las mil maravillas ante el Real Madrid en una jornada donde primeros espada como Thompson o Giedraitis fueron dosificados durante muchos minutos. Claro que el pasado jueves se les echó mucho de menos en Belgrado para ampliar una rotación muy corta de efectivos.

Hakanson, entre algodones

Entre los hombres de negro, hay un jugador al que la defensa azulgrana deberá atar en corto para prolongar la racha victoriosa. Se trata de Ludde Hakanson, al que Ponsarnau le ha dado galones para brillar en el timón. El sueco, baja por problemas musculares en el choque europeo del martes frente al UCAM Murcia en la Champions de la FIBA pero que hoy se vestirá de corto, ha asumido en su tercera temporada en tierras vizcaínas el reto de liderar al Bilbao Basket, bien secundado, eso sí, por un eléctrico Adam Smith. Ambos completan un perímetro de muchos quilates y una amenaza constante para las defensas rivales.

Francis Alonso no se ejercitó el viernes con el grupo debido a molestias, aunque todo el mundo da por hecho que estará disponible para el derbi del Buesa Arena. El Bilbao Basket se presenta en Vitoria con la baja de su mejor pívot, Jeff Withey, que estará alejado de las canchas hasta bien avanzado el mes de abril por una lesión en el pie izquierdo y ha sido relevado por el griego Georgios Tsalmpouris (ex del Betis).