El exbaskonista Pablo Prigioni sigue sin lograr confirmarse como un entrenador principal de élite y la pasada madrugada sufrió su primer gran varapalo como seleccionador de Argentina al caer sorprendentemente contra la República Dominicana por 75-79 y quedarse fuera del Mundial que se celebra este verano en Filipinas, Japón e Indonesia. El combinado albiceleste, vigente subcampeón del torneo al haber alcanzado la final de 2019 en la que cayó contra la selección española, ni siquiera podrá tener la oportunidad de participar en un torneo en el que presumiblemente iba a ser uno de los equipos a tener en cuenta en la pelea por las medallas. 

Argentina llegó al duelo contra la República Dominicana jugándose la vida al tener ambos conjuntos un balance de 8 victorias y 3 derrotas y tener las selecciones de Canadá y Venezuela su clasificación para la fase final del Mundial ya asegurada. Pese a ello, el conjunto dirigido por Prigioni se las prometía muy felices, ya que el duelo se disputó en Mar del Plata, frente a la siempre pujante hinchada albiceleste. Además, consciente de la relevancia del duelo, el exazulgrana recurrió a una convocatoria bastante cercana a la que habría utilizado en caso de llegar a la fase final, contando con la presencia de Deck y Laprovittola, que días antes jugaron con el Real Madrid y el Barcelona en la Euroliga, además de otras piezas de primer nivel como Campazzo, Bolmaro, Delía, Brussino o el exazulgrana Garino.

Con dicho arsenal y el factor cancha a su favor, Argentina parecía tener su clasificación encarrilada en el minuto 28 del encuentro, cuando manejaba una ventaja de 17 puntos (61-44) difícilmente remontable para los dominicanos. Sin embargo, al cuadro albiceleste se le apagaron las luces, la República Dominicana comenzó a meter presión con la intensidad del base del Joventut Andrés Feliz y los puntos del escolta bético Jean Montero, y consiguió darle la vuelta al marcador en un último cuarto desastroso (11-25) para el conjunto entrenado por Prigioni.

El 75-79 definitivo sentenció a la selección Argentina. “Obviamente es un golpe durísimo. Creo que por muchos momentos del juego pensamos que lo teníamos controlado, pero no conseguimos tener tranquilidad en el último cuarto para mantener la diferencia o incluso aumentarla. Esto es lo que pasa cuando estás jugando un partido grande y no lo cierras”, afirmó Prigioni.

Castigo doble

El fiasco del legendario base baskonista, además, cobra especial relevancia por el hecho de que enfrente tenía el hombre al que sucedió en el banquillo albiceleste, Néstor García. El che García fue destituido el 31 de agosto del curso pasado como seleccionador de Argentina y al día siguiente Pablo Prigioni fue nombrado entrenador principal. La andadura del exazulgrana comenzó de la mejor manera posible, ya que se proclamó a continuación campeón de la Copa de América, su primer torneo oficial. Eso sí, tampoco se le puede atribuir todo el mérito de aquel logro, ya que apenas le dio tiempo a imprimir su sello en el equipo.

El caso es que seis meses después de haber sustituido a Néstor García en el cargo, este se impuso en su duelo particular desde el banquillo de una selección teóricamente inferior y estará presente en el Mundial de 2023, misión con la que llegó a la albiceleste en 2021 y para la que no le creyeron capacitado.

Por lo tanto, parece que le buena labor de Prigioni como entrenador asistente en la NBA de los Brooklyn Nets y los Minnesota Timberwolves, donde se mantiene actualmente, no se está traduciendo en resultados positivos en su segunda aventura como entrenador principal, que podría terminar pronto si la Federación Argentina decide que no es el hombre adecuado para seguir liderando el proyecto. “No se ha podido dar pero yo tampoco le doy a la no clasificación solo este partido. Es una clasificación larga con 12 encuentros y en ellos también cometimos errores. En esta posición asumo toda la responsabilidad”, lamentó el técnico.

Cabe recordar que su primera aventura como entrenador principal en el curso 2017-18 con el Baskonia también resultó decepcionante para Prigioni, que terminó presentando su dimisión tras cosechar seis derrotas en los ocho primeros partidos y no verse capaz de llevar por el buen camino al conjunto gasteiztarra. En aquella ocasión se argumentó que su fichaje fue prematuro y le faltaba experiencia, pero el cordobés sigue sin tener el mismo éxito en los banquillos que el que tuvo como jugador.