Milos Teodosic es esa clase de jugador por el que merece la pena pagar la entrada para un partido de baloncesto. El regreso este curso del veterano base de 35 años a la Euroliga con la Virtus Bolonia, rival esta noche del Baskonia, ha sido toda una bendición para la competición, que echaba en falta la clase del mago serbio desde que cruzó el charco en 2017 rumbo a Los Angeles Clippers de la NBA.

Desde entonces han pasado seis años –16 desde que vivió su debut en la Euroliga con el Olympiacos–, pero Teodosic sigue siendo el mismo. Cuando sobra el talento, el físico, que ya no es el de antaño, pasa a un segundo plano. El actual base de la Virtus Bolonia sigue dando clases de cómo jugar al baloncesto cada vez que salta a la cancha. Es un jugador único, con una visión de juego y una muñeca privilegiada que a veces llevan a engaño, ya que provocan que todo lo que hace sobre el parqué parezca sencillo.

Quizás sus números, (9,9 puntos y 5,6 asistencias) no estén a la altura de las medias de su carrera deportiva ni de las estadísticas de las estrellas que se encuentran en el debate por el MVP de la Euroliga, pero son notables teniendo en cuenta que su cuota de minutos es limitada, con 19 por choque. En cualquier caso, sigue siendo capaz de cuajar actuaciones extraordinarias como los 21 puntos y 12 asistencias que registró contra el Zalgiris en enero y mantiene esa capacidad innata para que sus jugadas aparezcan en los vídeos de mejores momentos de la jornada.

Cinturas rotas con el bote, asistencias sin mirar, pases por la espalda, triples lejanos, bandejas imposibles, acciones que deciden partidos en los minutos calientes... El repertorio de recursos ofensivos del serbio es enorme y en defensa también es capaz de robar la cartera a sus rivales gracias a su velocidad de reflejos y de manos, sin duda unas de las más ágiles y habilidosas del continente. El que fuera MVP de la final de la Eurocup conseguida por la Virtus la pasada temporada se ha ganado con su dilatada carrera y sus logros el respeto del resto de jugadores del torneo, aunque en ocasiones abusa de esa jerarquía...

DOS EXPULSIONES ESTE CURSO

Al pensar en sospechosos habituales de montar broncas en la Euroliga, posiblemente no sea Teodosic el primer nombre que se venga a la cabeza, ya que no es alguien que acostumbre a jugar al límite del reglamento. Sin embargo, sí que es un animal competitivo que no soporta perder, y eso, sumado al temperamental carácter que caracteriza a los eslavos, le ha costado ya dos expulsiones y una sanción en la presente Euroliga.

La primera llegó en el duelo contra el Efes del 25 de noviembre, en el que el exterior de 35 años recibió una técnica al protestar una falta que se le señaló sobre M’Baye, lo cual le hizo enfurecerse aún más y terminar gritándole al colegiado Damir Javor a escasos centímetros de su cara. Este no dudó en expulsarlo y tuvo que ser sujetado entre varios compañeros para que la bronca no fuera a más. Al final, se le sancionó con un partido. Más adelante, el pasado 12 de enero contra el Olympiacos, la historia se repitió, aunque esta vez estaba justificado, ya que al revisarse posteriormente la jugada los colegiados le dieron el balón a la Virtus. Sin embargo, el serbio ya estaba eliminado por doble técnica en sendas protestas y el conjunto griego terminó imponiéndose por un apretado 83-85. Lo que le sobra de talento, le falta de paciencia.