Tan solo han transcurrido seis jornadas de la maratoniana fase regular de la Euroliga. Ya se sabe que el torneo continental es una carrera de fondo donde de poco importa arrancar bien si uno no es capaz de mantener la regularidad y evitar las pájaras durante los muchos meses de competición antes de los cruces de cuartos de final. Sin embargo, el Baskonia tiene motivos para mantener bien alta su autoestima y, en contra de los pronósticos iniciales emitidos por la cátedra, pensar que el billete para el 'Top 8' no es ninguna quimera.

El equipo vitoriano se ha encaramado por méritos propios a la zona noble de la Euroliga con cuatro victorias en seis partidos y a la vuelta de la esquina, en concreto el próximo viernes 11, afronta una asequible salida al OAKA. En tierras helenas puede prolongar su dinámica victoriosa ante un Panathinaikos de nuevo en ruinas bajo la presidencia del díscolo Dimitris Giannakopoulos y más pendiente de guerras estériles con el estamento arbitral que de enderezar el maltrecho rumbo de su proyecto.

Todo son buenas noticias alrededor del Baskonia, que emite señales muy positivas y cuyo vertiginoso y alegre baloncesto está propiciando la admiración incluso de los rivales. Eso sí, el conjunto de Joan Peñarroya es consciente de que la exigencia de la Euroliga es máxima y no puede dormirse en los laureles pese a que este óptimo comienzo de curso ha disparado las ilusiones de su afición.

Este estado de felicidad crece varios enteros si se tiene en cuenta las dudas que desprenden algunos equipos con el cartel de favoritos cuando el balón se echó al aire. De momento, sorprende la posición tan retrasada de varios 'gallitos' cuyo astronómico presupuesto hacía presagiar que dominarían el torneo con puño de hierro desde sus primeros kilómetros.

Los únicos que están imponiendo la lógica son el Fenerbahce, el Olympiacos y un Barcelona aún sin Mirotic, si bien los hombres de Giorgios Bartzokas vienen de encajar una dolorosa derrota en casa ante el Valencia tras desperdiciar 16 puntos de ventaja. Tres tiros libres de Jones culminaron el viernes la sorprendente reacción de los taronjas en El Pireo.

En la zona noble también se ubica por méritos propios un Mónaco que ya no sorprende a nadie. El cuadro del Principado atesora un potencial envidiable y parece muy difícil que se caiga de la pelea por los mejores con piezas de relumbrón como Mike James, Elie Okobo, Jordan Loyd o Donta Hall entre sus filas.

El Maccabi ha gozado de un calendario favorable y también ocupa puestos de 'Top 8', al igual que el Partizan de Zeljko Obradovic y el estético Alba Berlín de Israel González. La pujanza de serbios y alemanes no figuraba en el guión inicial pero son dos equipos trabajados y con un potencial más que suficiente para dar un disgusto a cualquiera. Kevin Punter, en Belgrado, y Gabriele Procida, en Berlín, se han convertido en dos de las sensaciones de la Euroliga en estas primeras jornadas.

Fuera de los ocho mejores se encuentran tres escuadras a las que todo el mundo sigue considerando como candidatos a la Final a Cuatro, básicamente por su astronómica inversión y la profundidad de sus respectivas plantillas. Se trata del Real Madrid, Armani Milan y Anadolu Efes, todavía muy lejos de las expectativas pero sobrados de calidad para revertir su inquietante situación en cualquier momento.

En el caso del gigante turco, ganador de las dos últimas Euroligas, ya se sabe que es un equipo al que le gusta ir de menos a más. Los de Ataman siempre empiezan el torneo al ritmo de una tortuga pero con el paso de las jornadas suele ir aflorando todo su potencial. El técnico turco, eso sí, malvive por la ausencia de Shane Larkin, que no regresará a la acción hasta casi diciembre tras ser operado del dedo de una mano. Cuando vuelva, el trío que conformará junto a Micic y Clyburn carecerá de parangón a este lado del Atlántico.