El Baskonia logró sacar ante Unicaja una importantísima victoria que le acerca a la sexta posición de la clasificación en un partido en el que encadenó momentos de brillantez y excelente baloncesto con otros desesperantes y de absoluto descontrol en ambos lados de la cancha. Por fortuna, tuvo en un sublime Fontecchio un faro por el que guiarse y sobreponerse a sus errores.

El conjunto de Spahija quiso marcar territorio desde el primer momento y arrancó el partido con un ritmo endiablado, sorprendiendo a un Unicaja que comenzó varias marchas por debajo y encajó un parcial de 0-10 en el que Fontecchio, intratable en el primer cuarto con 15 puntos sin fallo, tuvo mucho que ver. El italiano ingresó a la cancha enchufado y con dos mates y un triple cayéndose hacia atrás empezaba a poner tierra de por medio, para continuar después con un recital de lanzamientos de cuatro metros por encima de sus defensores. Darío Brizuela, el único recurso ofensivo del cuadro malagueño en el primer cuarto con 10 de los 12 puntos de su equipo, intentó plantar cara al vendaval azulgrana, pero no evitó que el Baskonia cerrara el parcial con una nada desdeñable renta de 12-25.

El correctivo sufrido en el primer cuarto debió despertar al Unicaja, ya que en el segundo, aprovechando los minutos de descanso de Baldwin y Fontecchio, aprovechó para responder con un parcial de 8-0 y meterse de lleno en el encuentro. Los de Spahija, con la directriz clara de intentar aprovechar su superioridad física en el poste, mantuvo momentáneamente el tipo con los jugadores de rotación, pero con el regreso de los titulares la dinámica del partido no cambió y los de Ibon Navarro completaron otro parcial demoledor, en este caso de 13-0, para colocarse por delante en el electrónico por primera vez en el encuentro. Cameron Oliver y Jaime Fernández se sumaron a la exhibición de la mamba vasca y el conjunto local logró terminar la primera parte con un 40-35 a favor, algo que parecía imposible después del excelente arranque del Baskonia, que no tuvo nada que ver con el del segundo parcial.

INTERCAMBIO DE PARCIALES

El regreso de vestuarios no trajo buenas noticias para los alaveses con la tercera falta personal de Baldwin, que obligó a Spahija a devolverlo al banquillo. El equipo parecía no encontrar soluciones hasta que, al igual que sucedió en el primer cuarto, Fontecchio se entonó y lideró con dos triples consecutivos un parcial de 0-11 que situaba a los gasteiztarras de nuevo por delante en el marcador por 45-50. A partir de ahí, ambos equipos se fueron intercambiando golpes hasta el final del tercer cuarto, con el Baskonia encomendándose al talento del italiano, de nuevo con 15 puntos en ese parcial, y el Unicaja manteniéndose a flote a base de canastas en transición y rebotes ofensivos.

Así las cosas, el duelo, muy vistoso para un espectador neutro por sus continuos cambios de guion, llegó al cuarto decisivo con todo por decidir. El Unicaja, aprovechando una y otra vez las segundas oportunidades concedidas por los azulgranas, logró igualar la contienda a 65 a cinco minutos del final. En ese momento, el encuentro se convirtió en un auténtico caos. Enoch rompió la mala racha del Baskonia desde el perímetro y regaló acto y seguido una canasta en el otro lado de la cancha por tocar la red. Baldwin falló dos tiros libres y perdió la bola en la siguiente jugada. Giedraitis y Bouteille, desaparecidos hasta entonces, renacieron con sendos triples, Baldwin puso el 70-73 tras un rebote ofensivo y Brizuela el 72-73 a falta de medio minuto. Tras tanto desorden jugadas inverosímiles, el partido no podía terminar de otra manera que con una sucesión de errores. El primero, en la recepción de Giedraitis a un pase de Enoch que terminó en una pérdida que daba la última posesión a Unicaja. Después, en la defensa azulgrana que no hizo falta y dejó a Brizuela una autopista hacia el aro y, por último, el propio escolta donostiarra, que, después de hacer lo más difícil, no fue capaz de transformar la bandeja ante la oposición azulgrana, dejando a la afición malagueña con la miel en los labios.

Más o menos sufrida, la victoria cuenta lo mismo para la clasificación y, tras las dos derrotas del Baxi Manresa esta semana, abre al Baskonia la posibilidad de escalar puestos si gana al Zaragoza el próximo sábado.