Entre los actuales entrenadores de la Euroliga que no han dirigido nunca a un equipo español, Ergin Ataman, que dirigirá mañana al Efes en el Buesa Arena, es posiblemente el más conocido en la península. El técnico turco no deja a nadie indiferente por allí por donde pasa y se ha labrado su fama a base de títulos y méritos deportivos, pero también de una polémica y controvertida personalidad que lo convierten en un personaje con pocos admiradores más allá de las fronteras de su país.

Nadie puede dudar de su talento como entrenador, y que esté al frente de uno de los equipos más poderosos del continente, con el que se proclamó campeón de la Euroliga el curso pasado, no es casualidad. En su extenso palmarés figuran cinco Ligas, seis Copas de Turquía y siete Copas del Presidente, a las que hay que sumar las joyas de la corona: sus cuatro títulos europeos con cuatro clubes diferentes. El primero fue la Copa Saporta (Recopa de Europa), que obtuvo en 2002 a los mandos del Montepaschi Siena italiano. Diez años después, en 2012, ganó el Eurochallenge de la FIBA con el Besiktas y en 2016 consiguió la Eurocup con el Galatasaray, su último equipo antes de fichar en 2018 con el Efes, vigente campeón de la Euroliga.

Sin pelos en la lengua

Sin embargo, su comportamiento dentro y fuera de las canchas hace que sus éxitos queden a veces relegados a un segundo plano y se hable más de sus extravagancias y salidas de tono. Su último altercado todavía está fresco en la memoria de los aficionados, especialmente de los culés, ya que en su última visita al Palau Blaugrana, el pasado mes de enero, Ataman terminó encarándose con el público tras ser expulsado por doble técnica y recordándole su victoria en la final de la pasada Euroliga contra el Barça. “¡Yo soy el campeón!”, gritó con los puños en alto.

No fue esta la primera ocasión que se encaró con los aficionados rivales, ya que en la Final Four de Vitoria-Gasteiz en 2019 terminó girándose hacia la grada para responder a los insultos de los seguidores del Fenerbahce, club rival del Efes al que entrenó entre 2003 y 2006. El cruce de palabras más sonado, sin embargo, tuvo lugar en la campaña 2014-15, cuando llamó terroristas a los aficionados del Estrella Roja la misma noche en la que uno de ellos murió asesinado a manos de unos ultras del Galatasaray, en un altercado en Estambul con los 400 hinchas visitantes del conjunto de Belgrado. Como consecuencia de sus declaraciones, el Primer Ministro serbio Aleksandar Vucic lo declaró persona non grata en su país.

Gran influencia en Turquía

Hace falta tener una personalidad muy fuerte y mediática para acaparar los titulares en un club plagado de estrellas como Micic, Larkin, Beaubois, Pleiss o Moerman, y Ataman la tiene. Nieto de un antiguo Ministro de Guerra y heredero de una empresa familiar que fabrica y vende máquinas de tejer calcetinas a la industria textil turca, no le falta fortuna ni capacidad de influencia dentro del país. De hecho, es consabida su estrecha relación con el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, a quien se refiere como “comandante en jefe” en sus intervenciones públicas. El también controvertido líder turco no dudó en felicitar a la plantilla y al club después de alzar el título de campeón contra el Barça y, según declaró el propio Ataman, también el Ministro de Defensa Nacional Hulusi Akar le llamó emocionado al lograr la gesta. Casualidad o no, el Efes consiguió que la final se emitiera en la televisión en abierto para toda su población justo después de superar al CSKA de Moscú en la semifinal.

Ataman es una superestrella en Turquía, con fans y disidentes a partes iguales, e incluso su nombre aparece habitualmente en la prensa rosa. De hecho, según relata Piti Hurtado en Gigantes, se llegó a rumorear que una amante le quemó su coche en el aparcamiento del histórico y ya demolido Abdi Ipecki Arena, aunque este hecho no ha llegado a contrastarse. Cada vez que tiene un micrófono delante deja titulares, no se corta a la hora de opinar sobre cualquier tema y eso es una bendición para los medios de comunicación turcos.

Quienes no lo odian, lo aman, aunque su mayor admirador es él mismo. En una entrevista concedida a DAZN a principios de temporada no tuvo tapujos en afirmar haber cambiado el orden establecido en el baloncesto turco, ya que desde su llegada al Efes el Fenerbahce no ha vuelto a ganar, y también retó al campeón de la NBA a medirse a su equipo. “Vamos a jugar un partido entre el campeón de la Euroliga y el de la NBA, es el momento, todo el mundo lo pide. Creo que si ficháramos un par de superestrellas podríamos competir en el play off de la liga norteamericana”, aseguró. Además, se ofreció para entrenar al otro lado del charco: “Dicen que el Efes es el equipo de Europa cuyo estilo de juego más se parece al de la NBA. ¿Quién es el entrenador del Efes? Ergin Ataman. Estoy listo.” Si no existiera, habría que inventarlo. O no.