El WiZink Center acoge esta tarde a dos equipos en horas muy bajas. El Baskonia no consigue enderezar el rumbo desde el inicio de la temporada y todo hace indicar que se encamina hacia una temporada de transición ya que jornada tras jornada se repiten los mismos errores. La plantilla no parece dar mucho más de sí y los ansiados refuerzos no llegan, de ahí que el panorama sea ahora mismo bastante sombrío.
Sin embargo, el bajón experimentado por el Real Madrid era menos previsible. Un tirano como el dirigido por Pablo Laso, que hasta no hace mucho dominaba con puño de hierro todas las competiciones, se está cayendo de mala manera e incluso ya se ha despedido del primer título oficial de la temporada como la Supercopa tras sucumbir en la final ante su enemigo más encarnizado. Ni el conjunto con la plantilla más larga del Viejo Continente está a salvo de pájaras en una campaña tan larga.
Tras sendas derrotas en Tel Aviv y Belgrado, donde las fases esporádicas de buen juego no le sirvieron para regresar a casa con alguna victoria, el Baskonia afronta otro partido de la máxima exigencia y dificultad en la capital. El Madrid siempre es el Madrid por mucho que ahora no infunda tanto pavor y, además, se le ha indigestado en todas las ocasiones donde se han visto las caras en este ejercicio
El coloso merengue, por ejemplo, va sobrado de efectivos en una faceta del juego como el juego interior donde las penurias alavesas son alarmantes. Los Tavares, Poirier, Yabusele y compañía han exhibido un dominio aterrador en los últimos enfrentamientos y el Baskonia carece de centímetros, músculo y envergadura para darles la réplica. Los problemas para el técnico vitoriano tienen su raíz en la ausencia de generadores en el perímetro y la orfandad de un base realmente sólido, algo que se ha traducido en anotaciones paupérrimas en sus últimas apariciones domésticas y continentales.
Sin ninguna posibilidad ya en la Euroliga, es en la ACB donde el Baskonia debe dar el do de pecho. No conviene seguir tentando a la suerte ya que el billete para el play off por el título ni mucho menos se encuentra garantizado. Los titánicos esfuerzos a los que se verá sometido durante este mes de marzo, con cuatro semanas de tres partidos cada una, pondrán a prueba al conjunto de Neven Spahija.
La gestión que está haciendo el técnico croata de su plantilla está dejando mucho que desear y no gusta al personal. Nadie entiende, por ejemplo, el triste ostracismo de Sedekerskis, un jugador capacitado para elevar la temperatura física del Baskonia que está pasando desapercibido en los últimos tiempos. El concurso del lituano será más necesario que nunca ante ese coloso llamado Yabusele, que puede volver a forrarse con la marca de jugadores livianos como el renqueante Peters y Fontecchio.
En definitiva, una jornada ideal para tratar de levantar la autoestima como preludio de la visita del Anadolu Efes al Buesa Arena. Cualquier triunfo ante el Real Madrid siempre es bienvenido, mucho más en época de sequía.