La desbandada de jugadores que se está registrando en Rusia mantiene estos días en alerta a todos los transalánticos continentales de la canasta. CSKA y Zenit ya han permitido la salida de sus principales estrellas, que difícilmente aceptarán regresar a un país en el ojo del huracán por muchas razones. Al margen de que la seguridad de las familias estará muy comprometida en el futuro, las consecuencias económicas prometen ser devastadoras tras la invasión militar a Ucrania.

La pérdida de poder adquisitivo minará el poderío de los conjuntos rusos a la hora de reclutar a grandes jugadores como hasta ahora y de ello pueden extraer provecho otros conjuntos de la Euroliga que ya han empezado a posicionarse para intentar pescar en río revuelto.

Si bien los contratos de numerosos jugadores internacionales del CSKA, Zenit o Unics todavía no se han visto rescindidos oficialmente a la espera de la evolución del conflicto militar, la realidad es que la mayoría, por no decir todos, tienen fecha de caducidad en Rusia.

El club del Ejército Rojo ha dado permiso ya a Pangos, Lundberg, Hackett, Clyburn, Shengelia, Voigtmann o Bolomboy a hacer las países con destino a sus países de origen. En el cuadro de San Petersburgo, en esta tesitura se encuentran Loyd, Napier, Frankamp, Baron, Ponitka, Kuzminskas, Poythress, Gudaitis y Mickey, mientras que en el Unics casi todos sus estadounidenses también han hecho o harán en breve las maletas.

El CSKA ha confirmado, por ejemplo, que "el estado de los acuerdos de esos jugadores se resolverá más adelante", pero todo hace indicar que ninguna de sus estrellas volverá a Moscú por una causa de fuerza mayor como una guerra.

La extinción de los contratos sin tener que abonar coste alguno es una posibilidad que puede fructificar y las consultas con el sindicato de jugadores de la Euroliga para resolverlos de manera anticipada se han intensificado.

Es por ello que los rumores sobre nuevos lugares de destino para los implicados no dejan de cesar. Por ejemplo, la Virtus Bolonia de Scariolo está a punto de cerrar un acuerdo multianual con Daniel Hackett y también tiene en su punto de mira al exbaskonista Johannes Voigtmann y Jordan Mickey.

En el caso de Will Clyburn, que estaba a punto de renovar con el CSKA tras acabar contrato el próximo 30 de junio, promete ser uno de los objetos de deseo más codiciados y, sin ir más lejos, el Real Madrid ya está sondeando su situación. Son, en definitiva, los efectos colaterales de una guerra que ha golpeado con fuerza los débiles cimientos de la Euroliga y que puede dar un importante vuelco al panorama europeo de fichajes, en el que los clubes rusos siempre han llevado la voz cantante.